La ilusión
No quiero conocerte, ni verte, ni tocarte, ni abrazarte, ni besarte. No quiero que me hables con tu voz porque sonaría diferente a la voz que consuela mis desvelos. No quiero que veas mis ojos verdes, ni mis pechos blancos, ni acaricies mi melena revuelta, ni mi piel necesitada. No quiero convertirme de repente en una mujer cualquiera, porque desaparecerías para siempre. Y sin ti, desaparecería la ilusión de alcanzarte.
No quiero conocerte, ni verte, ni tocarte, ni abrazarte, ni besarte. No quiero que me hables con tu voz porque sonaría diferente a la voz que consuela mis desvelos. No quiero que veas mis ojos verdes, ni mis pechos blancos, ni acaricies mi melena revuelta, ni mi piel necesitada. No quiero convertirme de repente en una mujer cualquiera, porque desaparecerías para siempre. Y sin ti, desaparecería la ilusión de alcanzarte.
Síntomas
No quiero nada más. Sé que queríamos todo. Saberlo todo el uno del otro. Saber el lugar de nacimiento, el nombre de la madre, del padre, de los hermanos. Saber a qué edad perdimos la virginidad, con quién, cómo fue. Queríamos olernos, y tocarnos, y besarnos, y pasear por los parques cogidos de la mano. Y hacer el amor al caer la noche en una cabaña en lo alto de un monte. Y queríamos seguir viéndonos toda la vida y que la vida no se acabara nunca. Queríamos encontrarnos al doblar una esquina, y llamarnos para escuchar nuestras voces diciendo “te quiero” una vez más. Pero al doblar la esquina, me di cuenta que dentro de un tiempo ya no me sorprendería encontrarte, y que tal vez el móvil dejaría de sonar un día inesperadamente, y que cambiarías una noche de amor por una de trabajo, y que conocería a tu familia y perderían el encanto de tus sensaciones. Y que sólo quedarían besos y abrazos en una cama almidonada, y olvidaríamos pasear por el parque cogidos de la mano. Que tu olor se confundiría con el mío y me olería diferente. Y llegaría el día en que sería tu mujer para siempre, o tu amante ocasional, pero que ya no querrías conocer todo de mi, porque sin saberlo, creerías saberlo. Y entonces desaparecería para siempre aquello que fue y dejó de serlo. No quiero nada más. Sólo quiero que sea lo que fue antes de dejar de serlo.