En los silencios cabe todo. Será por eso que prefiero la palabra. En todas sus formas. Redondas, cuadradas, con aristas, suaves, bellas, agrias, feas, obscenas, preciosas, con música sin música. Incluso en Morse llegado el caso. Pero palabras al fin y al cabo. Palabras para llenar los silencios y no dejar que la imaginación gane la batalla. Palabras. Palabras que nos acerquen a la verdad. O a la mentira. Palabras que puedan dar la cara y batirse en duelo y no esconderse en ese silencio cobarde donde todo vale. En ese silencio donde sólo cabe uno mismo.
Gracias a todos por vuestra mirada.
domingo, 24 de mayo de 2009
martes, 19 de mayo de 2009
Mario Benedetti.
No encuentro mejores palabras que sus poemas. Chau Mario.
ADIOSES
Despedirse del mar es demasiado
decirle adiós al cielo ya es más fácil
siempre hay ciertos adioses que hacen fila
esperando el llamado de la mano
la única que sabe despedirse
como lo saben todos los pañuelos
adiós al frío al hambre a la codicia
adiós a Dios patrono de las guerras
adiós a los amores sin historia
bienvenido el amor casi perpetuo
analfabeto en cada despedida
adiós adiós adiós adiós estamos
siempre diciendo adiós a algo a alguien
nadie puede vivir sin sus adioses
y se obliga a cargar con ese fardo
adiós al sueño de los invencibles
al deseo que vibra en otros muslos
al faro que por fin está apagado
como una linterna de bolsillo
adiós a los campeones jubilados
a las llaves sagradas que se pierden
a los silencios de los vertederos
y a los escandalitos de la infancia
lo cierto es que de veras bien de veras
sólo existe un adiós defenitivo
pero esa mole quieta y sin remedio
no es adiós a la vida/es sólo un chau.
-Mario Benedetti-
SIN TIMBALES
Es tan molesta la conciencia
con sus reproches que uno a veces
le pide un poco de clemencia
uno conoce el esperpento
que crece dentro de uno mismo
como si fuera un sentimiento
de la tristeza hasta la euforia
del atributo a lo heredado
queda un reflejo en la memoria
y uno avanza malherido
independiente de su cuerpo
y dependiente de su olvido
y así nos vamos sin timbales
y sin apuro porque nunca
nos sedujeron los finales.
-Mario Benedetti. -
sábado, 16 de mayo de 2009
La manzana prohibida y el paraíso perdido.
— ¿Es todo?
— Es todo.
Ella cubrió con la sábana su cuerpo desnudo, como si acabara de morder la manzana prohibida y cayera en la cuenta que el paraíso había desaparecido. Los pájaros ya no cantaban y el aire se hizo tan denso que le costaba respirar. Mientras, él se abrochaba los botones de su camisa con una increíble destreza, como si hubiera mordido ya muchas manzanas prohibidas.
— Es todo.
Ella cubrió con la sábana su cuerpo desnudo, como si acabara de morder la manzana prohibida y cayera en la cuenta que el paraíso había desaparecido. Los pájaros ya no cantaban y el aire se hizo tan denso que le costaba respirar. Mientras, él se abrochaba los botones de su camisa con una increíble destreza, como si hubiera mordido ya muchas manzanas prohibidas.
domingo, 10 de mayo de 2009
Inverso
Te observaré desde la orilla, en
la línea infinita que une el cielo con
el mar. Y te irás adentrando mar adentro y me iré alejando a tierra firme,
hasta perder de vista la orilla, hasta perder de vista tu imagen, hasta perder
de vista el horizonte.
lunes, 4 de mayo de 2009
A solas
A solas los dos, pero a solas del todo, solos completamente. Solos sin casa, sin ropa, sin recuerdos, sin papeles. Solos entre cuatro paredes. Sin muebles, sin platos, sin nevera, sin foto de bodas, sin hijos, sin padres. Solos una tarde. Sin reloj, sin hora, sin sol. Solos, desnudos, sin testigos, sin futuro. Sólo tu deseo y el mío. Tu lenguaje y mi oído. Mis besos, los tuyos. Tus manos, mi cuerpo. Solos en un cuarto improvisado. Solos de nosotros mismos. Como si fuéramos otros. Tú y yo, y el deseo.
sábado, 2 de mayo de 2009
Idea Vilariño. Hasta siempre.
Con este poema conocí a Idea Vilariño através de los divagues de Santiago, y con este poema quisiera ofrecerle toda mi admiración y mi cariño a Ella, y a quienes la conocieron y la quisieron.
YA NO
Ya no será,
ya no viviremos juntos, no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa, no te tendré de noche
no te besaré al irme, nunca sabrás quien fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber por qué ni cómo, nunca
ni si era de verdad lo que dijiste que era,
ni quién fuiste, ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido vivir juntos,
querernos, esperarnos, estar.
Ya no soy más que yo para siempre y tú
Ya no serás para mí más que tú.
Ya no estás en un día futuro
no sabré dónde vives, con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca como esa noche, nunca.
No volveré a tocarte. No te veré morir.
(Idea Vilariño)
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