Ya son tres años compartiendo navidades. Palabras, sentires, amistad, ilusiones, desilusiones, miradas íntimas. Sé que la navidad es tiempo de nostalgia para muchos, también de ilusiones renovadas para otros, de encuentros y desencuentros. De cocinas que huelen a galletas, también a hambre. Navidades de luces llenas de colores. Y sombras…Desde aquí yo quiero felicitar a todos los que habéis compartido conmigo esas luces y esas sombras que en verano o en invierno se proyectan sobre cada uno de nosotros a su manera.
¡FELIZ NAVIDAD AMIGOS!
Este es el poema que ha nacido para celebrar que seguimos juntos en el camino.
Busco siempre el contrapunto
para poder entender el sinsentido.
La verdad en el tiempo,
lo relativo en lo absoluto.
La bandera blanca
sobre el fondo rojo,
el apretón de manos
para combatir desacuerdos.
El olvido en el futuro
y la huella en la memoria.
Busco alguien que me encuentre
sin tener que perseguirlo.
La caricia como alivio redentor
el beso como toda lealtad.
Un cuerpo para ser abrazado
un abrazo que sepa abrazar.
Un susurro en la noche
para acallar el silencio.
Busco conciencias para cambiar
conciencias conformistas.
Lugares comunes entre fronteras.
Caminos invisibles para andar,
una piedra de descanso
en el camino de piedras.
Busco la rosa entre las espinas
el vino en la copa
la pimienta en el amor más dulce
miradas limpias en la sombra.
Busco el arco iris en la tormenta
lágrimas que lloren risas
campanas que repiquen vida
madres imperfectas
que amen a sus hijos.
Busco soles de primavera
que deshagan el hielo del rencor,
madejas que desenreden ovillos
presentes que se hagan futuro
instantes en el infinito.
Busco la inocencia en la indecencia
de los juicios sin juicio.
El honor en lo deshonesto,
la pureza en la mezcolanza
la intensidad en la tibieza
la dignidad en la humillación
por el amor más profundo.
Busco no tener que buscar
la razón de todas las cosas.
Busco a la niña que se fue,
a todos los niños que no fueron.
No todo se encuentra con los ojos
ni se toca con las manos
ni se oye con orejas de lobo
ni se huele con nariz de galgo.
Algunas cosas tan sólo se sienten
con aquello que tiene muchos nombres
y se llama “nosotros mismos”.
Todos somos el contrapunto
de nuestras miserias y nuestras virtudes.
Somos la balanza que se inclina
y se nivela.
Os deseo a todos una balanza que se incline hacia vuestros mejores deseos, y que los deseos mantengan siempre la balanza en equilibrio.
¡FELIZ NAVIDAD AMIGOS!