No duermo. No puedo.
El día se ha hecho noche
y la noche no se acaba.
No sé ya si mis ojos
están cerrados o están abiertos.
Veo las sombras a luz que invento
moviéndose en todas direcciones
sin atinar a quedarse quietas.
Las ignoro y desaparecen.
Y al rato vuelven, y al rato
pienso: "Si ya será de día".
14 comentarios:
Nunca es día del todo, Carmen.
Bs
Carmen,amiga, no se te ocurra tomar pastillas para dormir como hizo nuestra amiga Alejandra.Dedícate si no puedes dormir a mirar el firmamento, contar ovejas o escribir poesía, que se te da bien. Un abrazo.
"noche estrellada, deshabitada...", seguro te suena conocido.
No duermes, bien, pues Morfeo
no te tiene como amiga
en el feisbuk. no se diga,
que no te atrapa ese feo
Porque en sus brazos te veo.
Te lo explico es bien sencillo:
llevo arena en el bolsillo,
y juego de nuevo al truque,
escribo voy al peluque-
ro y después al mercadillo.
Claro que para cada quien su fórmula.
Perdona la broma y gracias por pasarte por mis décimas.
Un beso grande.
Y, sin embargo, la oscuridad te mueve a escribir de esta maravillosa forma.
Besos.
Sombras y luces. Así es nuestra vida. El que lo tenga todo claro me da un tufillo a personalidad superyoica más propia de un robot que de un humano.
Prefiero lo nuestro.
Un beso, amiga.
Zuñi, será eso. Besos.
Fernando: Yo soy adicta a casi todo. Incluso a dormir sea como sea. No sé qué sería peor...Pero gracias por preocuparte. Besitos.
Felipe: Me suena. La noche está estrellada. Quizá no sean las mismas estrellas, pero me encanta ese poema!
Tengo que encontrar un camino fácil para llegar hasta a ti. Sigo sin poder conectarte.
Un abrazote mexicano.
Quique amigo: A tus décimas les perdono todo. Tendré que probar lo del peluquero y el mercadillo. Recuerdo un tiempo en el que eso funcionaba. Pero los tiempos cambian...
Un besazo.
Juanma: Quien me mueve a escribir son las personas como tú. Gracias.
Un beso compañero de letras que forman palabras, que forman sentimientos.
Pepe: Pues ¡qué vivan las sombras! que de todo se aprende. Y aunque a veces sea tortuoso el camino, en él encontramos amigos.
Otro beso para ti desde la misma senda.
una vez escribí: camino descalza la casa dormida para escribir aquello que no me deja dormir"
yo también, de a ratos, espero el día.
mil besos*
Querida y tierna amiga:
No reniegues del insomnio que tras sus telarañas deja la semilla de la poesía. Cuando no puedas dormir, escribe cosas tan bonitas como noche. Remedando a Zúñiga, nunca es noche del todo.
Yo también tengo ganas de que encuentres un rato para poder charlar contigo largo y tendido
Besos. Elvira
Rayuela: Leí tu paseo una de esas noches...
Mi querida Elvira: Siempre tendré dispuesto un rato para charlar contigo. Para charlar de las medias noches y los medios días.
Un abrazo, y gracias por tus palabras.
Ya está aquí el "Piyayo", el viejo leño, el romancero que andaba de pueblo en pueblo con su barita y su lazarillo:
Tú, no dormiste anoche,
yo, pasé contigo todo el día,
todo un festín, que derroche,
tu molde y mis fotografías.
También te podría servir esta estrofa, de "José Luis e Isabel":
"Dormida que bella es,
de un beso la despertara,
como en un cuento de hadas,
sin armadura ni espada,
él, quiere ser su doncel."
Pero ninguna como la tuya.
Recuerdas:
"Vengo a cantarte una nana,
que nace del corazón,
sentado al pié de tu cama
como nadie te cantó.
Extiendo mi tela de araña,
tejida con toda ilusión,
que se enreda en tus pestañas,
ya mi niña se durmió."
Ya sabes... nos vemos en el último vagón.
Para poder mantener estos arapos que me cubren el alma, ahora toca pasar el desvencijado sombrero de paja:
"Vuesa merced, una limosnita por caridad".
Piyayo: Creo que esa noche dormí. No hay nada como caminar cuesta arriba y cuesta abajo para quedar exhausta. Tendremos que repetir.
Creo que José Luis e Isabel te ofrecerán mucho más que una limosna. Es impagable.
Gracias por la primicia.
Deposito un beso en ese sombrero de paja. ¿Alcanzará?
Bastará.
No soy digno del honor que me brindais, hubiera bastado con unos ducados.
De bandolero, romano, pícaro, principe de los elfos, cantautor, juglar o galeote, justo en el lugar donde la Mancha pierde el nombre, con la palabra en ristre, mis triunfos siempre a vuestro servicio mi sin par señora.
vengo de tu sapo a tu noche, a esa noche que yo también siento tan larga y tan llena de sombras...
Publicar un comentario