No hay modo. No se me curte la piel. Sangra y se regenera para volver a sangrar. Ni costra ni cicatrices que indiquen que su blancura se tiñó de rojo. Inocente, incauta o necia, vuelve al combate dispuesta a no dejarse vencer por palabras encubiertas ni miradas impostoras ni trucos de ilusionistas ni certezas inciertas. Y vuelven las entrañas a sangrar la sangre roja que sale por los poros, y vuelve la piel a su blancura y vuelve la fe a su combate para no rendirse a los pies de todas sus derrotas. Y sin embargo juraría que hoy mi sangre es menos roja, como si las penas la hubieran desteñido a su pesar, y la hubieran licuado hasta cristalizarla en una crisálida.
15 comentarios:
Será por eso, porque somos HUMANOS, es decir los únicos capaces de tropezar dos veces (o más) voluntariamente contra la misma piedra. También porque somos tozudos y capaces a pesar de todo de mantener intacta la esperanza.
Te pido, si es posible, que me envíes de regalo por mail el texto de ese poema maravilloso que te escuché decir en el encuentro de Sigüenza. Un abrazo desde este domingo luminoso.
Qué belleza poeta!
Cuánto valor
tiene la sinceridad...
Besos
(y un abrazo)
Querida Carmen: Espero que tu sangre no destiña; que siga tan roja como debe, con toda su carga vital.
Pero la sangre de este texto/poema, es magnífica. Casi que me siento vampiro.
Un beso.
Carmen, hacía tiempo que no entraba en tu blog. Me ha gustado muchísimo.
¡Felicidades! las dos últimas entradas son magníficas. Desde ahora cuenta con mi reconocimiento.
Un abrazo.
Mi querida Flaca: Siempre me haces emocionar.Justo hoy escuché una canción hermosa que hablaba de volver a empezar. No sé si decía una y otra vez o se rendía, no me quedó claro, quizá porque lo decía en inglés. Sea como sea, no hay nacionalidades para ese sentimiento.
Fue un placer volver a compartir contigo ese otro poema cuando todavía era media luna.
Un beso grande amiga de la otra orilla.
Anónimo: ¡Qué bonitas tus palabras! Gracias. La verdad te hace libre!
Un saludo.
Manuel: Se destiñe sola por el uso, como cuando lavas muchas veces una prenda en la lavadora
Me gusta que te guste.
Un besito.
Nines: ¡Qué emoción contarte entre mis lectores, entre mis amigos! Bienvenida a mi rincón. Aquí todos somos amigos.
Besos y hata muy pronto.
Casi siempre la sangre acaba siendo menos roja, se licúa, se disuelve, se mezcla con otros fluidos y... vivimos.
Un abrazo fuerte
Ya sabes querida, le pese a quien le pese, que las peores cicatrices no son las que curten la piel, sino las que no se ven.
“Ladrán los perros Sancho, seña que cabalgamos”….. Míralo de este lado, mientras sangres, es señal de que algo caliente corre por tus venas. Vuelvo a perderme en lo íntimo de tu mirada, para dejarme llevar por tus palabras a este renacer cotidiano que a todos nos inquieta y nos alienta a la vez y que sin embargo es siempre un pálpito de vida.
Espero verte pronto.
Es que no se puede evitar que se vuelva menos roja. Pero no nos gusta eso.
Es preferible arrancarse las costras.
Que sangre roja y duela. La insensibilidad es un precio demasiado alto. Prefiero quedar en deuda con la anestesia.
Sangre amiga, pero no se curta. O solamente un poquito. Lo necesario para seguir viviendo.
Besos
Ana: Así es. La sangre se va llenando poco a poco de años, de vida...
Besos poeta!
Galeón: Cierto. Cada pálpito cuenta.
Nos vemos. Espero que más pronto que tarde.
Santi: Duele eso de arrancarse las costras y sin embargo es la única manera de conseguir que la sangre fluya de nuevo. Y olvidamos el dolor y seguimos viviendo...
Un abrazo enorme maestro!
Mi querida Carmen:
Preciosa prosa poética, pero ya está bien de sangrar, que te vas a quedar tan flaquita como yo, y ahora estás estupenda. Es un placer encontrarte en el blog, en la calle, en la vida; eres un ser humano maravilloso.
Mil besos
Elvira
Mi querida Elvira: Y lo peor es que ando siempre justita de plaquetas. Menos mal que existen personas dispuestas a donar un cachito de su sangre por muy flaquitas que estén. Gracias por acompañarme en mis letras también.
Un beso y un abrazo irreprimible.
Buena prosa, Carmen. Como dice Elvira, no sangres. O no lo hagas demasiado. Besos.
Me llevas con tus textos al fondo de ti misma y sangro contigo.
Ya es hora de beberse sangre nueva y de recuperar el rumbo...
Te quiero.
Un abrazo grandote en el corazón.
Juanjo: mi prosa que nunca llega a ser verso. es mi prosa la que sangra, no tengas cuidado. Gracias por tu visita.
Un besito.
Laura: Que alguine lea mis textos y descienda hasta ellos, es la mejor de las compañías.
Gracias preciosa.
Un beso.
estoy sobrecogida niña mia, tu palabras se impregnan en mi piel al leerlas, ahora mismo mas que un corazón, en mi pecho late un volcán escuchando tu voz. Te quiero, guapa. Escribes de maravilla y sabes llegar a las personas. Te doy mi enhorabuena. Eres un angel blanco y puro, eres tú lo que hace que la vida sea más bonita. Te echo de menos.
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