Entretengo al pensamiento
con trozos de chocolate,
con retazos de
libros,
con paseos
interminables
que llevan a ningún sitio.
A veces lo entretengo
con algo que no sean las noticias,
y me permito por un rato
respirar el olor de la utopía,
el color que debe tener un amanecer
tras un insomnio prolongado.
Otras, las menos,
lo engaño pensando en imposibles;
lo engaño pensando en imposibles;
juego con él al ratón
y al gato,
y hasta alcanzo a tocar la luna
con mis dos manos.
7 comentarios:
¡¡¡Así te quiero ver,Carmen!, y sentir...
¡¡¡Así te quiero ver,Carmen!, y sentir...
Me gusta que vuelvas, Carmen. Y más con un poema como este, lleno de esperanza.
Un beso fuerte.
Muy interesante, me gusto mucho, pasa si queres por mi blog y mira un rato, sos bienvenida.
Flaquita linda: ¡Obra milagros una copa de vino!
Un beso grande.
Ana querida: La esperanza en demasía mata la ilusión! Ya ves, quizá es que la esperanza va y viene como las olas del mar.
Un abrazo y ojalá nos veamos pronto.
Ezequiel: Tú también eres bienvenido. Me daré una vuelta despacito.
Saludos.
Que rebelde es , a veces, el pensamiento; ingénuo o maestro de la experiencia, pero siempre rebelde.
Bello poema el tuyo, Carmen. Un placer haber descubierto tu blog. Si deseas pasarte por el mío y ofrecerme tus opiniones, serán bienvenidas, por mi parte, me mantendré al tanto de tus entradas.
Un saludo
FINA
Escribí una vez un poema en el que decía algo así que esto de vivir "es para genios, para escapistas..."
Y sigo pensando que hay que saber inventarselas para salir airoso cada día y resistir la jornada sin sucumbir.
Tu has sobrevivido a la tuya de manera maravillosa con este poema.
Espero verte el Jueves. Un beso.
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