No vi arder Madrid en el año treinta seis.
No vi sus casas saqueadas
ni sus estómagos hambrientos
a la espera de un plato caliente.
No vi cómo se llevaban a los hombres
a dar el paseíllo,
ni los milagros que mi madre me contaba
cuando mi abuelo escapó de la muerte
camino al paredón de los valientes.
No viví esa guerra que mi padre
relataba en sobremesa
cerrando sus ojos azules,
mientras recordaba a su hermano
muerto de miedo,
luego muerto del todo.
Me asustaban las historias
de los niños escondidos en los campos
y sus padres en campos concentrados.
A veces soñaba con ser mayor
y librarme de los miedos que asaltaban
a un balón rodando por las calles
o a una muñeca de trapo.
Lo que nunca me contaron
-porque la Historia sólo se cuenta
a toro pasado-,
fue que volvería a hacerme niña
en la carne propia de mis hijos.
Toca volver a luchar por ellos,
y por los hijos de sus hijos.
Ya no vuelan cometas en el cielo
ni se oyen risas en el mar.
Vuelven a sonar sirenas,
-y como entonces-
como siempre pasa en la guerras,
se perderá la infancia de los infantes,
se romperán corazones a medio dibujar
en los troncos de los árboles.
No quedará tiempo para ser joven
ni tampoco tiempo para ser viejo.
Madrid arde, puedo olerlo.
Vuelvo a tener los diez años de mi padre.
9 comentarios:
No hay colores que justifiquen la muerte, ni valores que sustituyan la inocencia de un niño, no somos engranajes de nada ni de nadie, y sin embargo nos comportamos como autómatas al compás del gorila de turno y chillamos alarmados en cuanto se golpea el pecho. No hemos inventado nada, no hemos avanzado nada y al menos en la medida que podamos, deberíamos seguir nuestro propio camino, y dejar de querer imponer creencias, salvar vidas y adoctrinar pareceres, para acabar convertidos en jefes de la manada… yo, al menos, no voy a hacer de chimpancé.
Una maravilla, Carmen, llena de fuerza y de verdad.
Un abrazo
vaya, me has conmovido. Gracias.
Geleón: Ni chimpancés ni gorilas. Somos humanos, aunque a veces no lo parezcamos. Pero yo sigo teniendo la necesidad de seguir creyendo que algún día haremos honor a nuestra condición. Me quedo con esa sonrisa de un niño.
Besos.
Ana: Gracias por seguir leyendo mis miradas a pesar de tantas cosas como están ocurriendo alrededor y que parece que nos van a robar hasta los ojos.
Un abrazo grande pedazo de poeta!
Jesús: "Conmover" es un bonito verbo cuando conmueve.
Un abrazo.
Y entonces porqué nos compartamos como monos de feria.
Galeón: En defensa de mucha y de muchos amigos de los que tengo y me siento orgullosa, he de decir que NO TODOS NOS COMPARTAMOS COMO MONOS DE FERIA. Perdón por las mayúsculas pero hay mucha gente luchando.
Algunos autores dividen la familia de los homínidos en tres subfamilias: Ponginos (orangutanes), Gorilinos (Gorilas), y Homininos (chimpancés y humanos). En ciertos sentidos básicos, hemos evolucionado poco, pues mirarlo como quieras, la esencia de lo escrito es no seguir a líderes, o jefes de clan, del tipo que sea.
Galeón: Seguro estamos hechos de la misma esencia. La idea es justo la que apuntas "pensar por uno mismo" sin prejuicio de que otros piensen lo mismo.
Un abrazo esencial.
Muy bello poema, Carmen. Esperemos que ese humo que divisas sea de la polución. Otros humos que se padecieron no trajeron nada bueno.
Besos desde Denia.
Publicar un comentario