Gracias a todos por vuestra mirada.

martes, 4 de octubre de 2016

Puertas al campo

Me estoy volviendo perezosa
para gastar palabras
que pueden decirse con un beso,
con un gesto,
con una caricia reclamando su derecho
a decir la última palabra
cuando todo ya está dicho.
Y es que el cuerpo no entiende
de caligrafías con buena letra
ni  paréntesis que tratan de explicar
lo que no alcanza a explicar el sustantivo.
La piel solo entiende de versos
que se escriben con la sangre que huye, 
del trazo firme y obstinado
en repetir el discurso
que dictan las normas de buenas costumbres.
Versos que solo pueden escribirse
en tus párpados,
en tu espalda
en tu pecho,
en el punto exacto del poema
que reclama por entero al cuerpo,
y comprende al fin, que no se pueden poner
puertas al campo.


3 comentarios:

La Solateras dijo...

No se puede, no.

José Manuel dijo...

Núnca, solo dejarlas correr para que lo llenen todo.

Un abrazo

SALETA dijo...

Te deseo Paz en la mente, Paz interior, la calma que colma y sacía.
Ya sé que esto es un recuerdo infrecuente del que no disponemos más que algún destello esporádico en nuestro álbum personal.
Aún así, sabemos de sobra a lo que nos referimos cuando lo oímos, leemos, etc. Es el mejor regalo, el mejor juguete, el comodín de todo cuando algo importante falta. Hay que tenerlo presente siempre (para que se quede a vivir en nuestro corazón), para lo cual no hay que dejarse enredar por las compensaciones mundanas, tan tentadoras.
A partir de ahí, una vez vista la pantalla que da soporte a la película, puede pasar lo que sea y no moverse el suelo bajo tus pies ni el grosor de un milímetro.

Ojalá el guionista de tu sueño haya escrito que este año -el día que sea- te toque recibirlo.

Besos y cafelito.
Saleta.