Las horas ya no significan nada. Son nuestra diferencia y nunca nuestro encuentro. Las tres de la madrugada ya no es un poema con el que me nombras. Las horas pasan y ni siquiera pasan a la vez. Sólo en el silencio que inventamos para no tener que hablarnos, imagino que coinciden mis pasos y los tuyos por cualquier lugar del mundo. En cualquier calle estarás pisando mis recuerdos. A veces, un "quizá" me estremece, y miro el reloj. Las diez. Y cuando vuelvo a mirar me abandono al tiempo, me rindo ante él, y los recuerdos crujen como las hojas de otoño al pisarlas y me duelen los pies a cada paso.
14 comentarios:
Estoy seguro. Si fueras rioplatense, escribirías tangos. La espera, las horas, la ausencia y el desencuentro. Sos puro tango amiga. Pero a veces, a la vuelta de una esquina se oye un taconear que va rumbo a encontrarse con tus pasos...Ya llega, es sólo esperar tarareando una canción...
En este caso, el del que esto te escribe, las horas de ocio nocturno me han servido para encontrar al azar agradecible tu espacio literario.
Saludos...
De nuevo me tocas el corazón.Me gusta que nuestras palabras se enreden en estos días que se preparan para recibir al otoño. Un abrazo del alma
Espero que no me salga un tango para esperar tatareando:)) Me encanta éso que dices de "a la vuelta de la esquina." No conozco la historia del tango, pero he leído sobre ello antes de responderte y dos cosas me han llamado la atención de las muchas descripciones que puedes encontrar.
"rostro contra rostro, pecho contra pecho, vientre contra vientre, muslo contra muslo, pulso contra pulso. Horacio Ferrer ha creído ver en ese fugitivo instante en que se abrazan la pupila y el compadrito un soplo de divinidad."
El otro:
"Macho y hembra -dijo- atados en nombre de la belleza, se elevan sin querer sobre su propia bazofia. Y ungidos artistas, intentan el purisimo ejercicio de la soledad entre dos."
...Y es que cuando te elevas es maravilloso, pero luego la chica cae de repente, sujeta tan sólo por una mano que parece que se va a soltar.
Asi que tanguera, ¿eh?
Viniendo de ti, cualquier comentario es bienvenido. Gracias. Si escribiéramos para nosotros mismos, no estaríamos aquí. Creo que es un paso en el camino, una terapia,como alguien dijo en uno de tus blogs o de tus enlaces. Porque ya que me pongo a responder de esta manera, he de decir que tienes muy buenos enlaces también.
Un saludo.
El comentario que he suprimido era propio, vamos el mismo que el anterior y creo que con uno era más que suficiente. Disculpen las molestias.
Pues me alegro Ángel que al menos te agradara un rato en tus horas de ocio nocturno.
Cúanto me gusta que las palabras nos preparen. Si puedes no olvides pasear por el "Retiro" de Madrid. Está lleno de ellas.
Gracias por ese abrazo. Son los mejores. Otro para ti.
Paso a agradecer tu visita y comentario en mi espacio, ya tuyo, Marisa, donde serás bienvenida siempre.
Por cierto, el poema en el que dejaste tu amable comentario es de la autoría de José Emilio Pacheco, gran poeta a quien en España le fue concedido hace unos años el Premio Internacional García Lorca.
Saludos...
Paso a agradecer tu visita y comentario en mi espacio, ya tuyo, Marisa, donde serás bienvenida siempre.
Por cierto, el poema en el que dejaste tu amable comentario es de la autoría de José Emilio Pacheco, gran poeta a quien en España le fue concedido hace unos años el Premio Internacional García Lorca.
Saludos...
Disculpa el despiste. Te cambié por error el nombre, Media Luna. la confusión en todo caso es mía y me disculpo por ello. mea culpa.
Saludos...
¡Es precioso! Me encanta. Un beso.
las horas pasan y tú permaneces, las hojas crujen a tu paso y el tiempo se detiene. Te espero en ese recodo del camino, donde cayó una hoja que aún estaba verde...donde no exista el tiempo.
Otto: Gracias por tu mirada verde. Nos vemos en ese recodo del camino.
Un abrazo grande.
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