“No llevo la cuenta al día, Pero sé muy bien
Hasta dónde alcanza mi deuda.”
Le debo a Cenicienta un reloj sin hora,
mil y una noche más a Sherezade,
una manzana inocente a Blancanieves,
unos gorros a los duendes,
y escobas nuevas a las brujas.
A Rapunzel le prometí unas escaleras
y a las sirenas, otras melodías.
A las hadas no les debo nada.
A Pinocho, tampoco.
Pero a su Pepito Grillo,
que intuyo es el mismo que el mío,
he de comprarle sin falta, otro cuaderno
que por algo es el contable de las conciencias.
9 comentarios:
Te veo últimamente con alma de niña, Carmen, y eso es bueno.
Un poema lleno de dulzura.
Un beso
Ana: Debe ser que ante los problemas de adultos, vuelvo la mirada hacia atrás a ver si queda algo que rescatar de esa niña...
Gracias a ti por recoger mis versos.
Un abrazo grande.
¡Sembrada!
Un magnífico poema. Veo un cambio tan positivo...
Un besito.
Jesús: Ya sabes lo que dicen: Será que me miras con buenos ojos.
Gracias por tu mirada.
Un abrazo.
¡Ternuraza! ¡Qué cosa tan bonitaaaaa! Cuando llegué a Pepito Grillo me dio vuelta el corazón, y es que sí mi Carmen, ese entrañable necesita un nuevo cuaderno!
¿Sabés? A los nueve o diez años, estrené mi carnet de socia en la biblioteca pública de mi pueblo natal. Allí, destacando en los estantes, estaban los voluminosos libros de Las Aventuras de Pinocho con unas estampas gigantes de Pepito Grillo. Recuerdo que calqué y pinté cada dibujo, aún hoy soy capaz de dibujarlo de memoria…supongo que mi propia conciencia le debe mucho.
Por mi lado, compraré sin falta un nuevo cuaderno a las Mujercitas de Louisa May Alcott. Tengo una deuda pendiente, especialmente con Jo (Josephine) quien entre otras cosas, me legó la costumbre de escribir siempre con algo en la cabeza (un sombrero, un pañuelo…) Cuántos bellos recuerdos me has disparado Querida Amiga y cuánto te lo agradezco!
Abrazo gigante de esta mujer que hoy, sólo es otra niña.
Yo le debo casi todo al lobito bueno que un día representé en aquella obrita de teatro del colegio...
Besos.
Que bonito poema, Carmen, dulce pero cargado. Me encanta la última estrofa. Es verdad que ultimamente estás en vena. Espero seguir disfrutando de tus buenos poemas (gracias por visitarme).
La conciencia debe estar tranquila siempre; es la única manera de vivir que conozco. Si que escriba Pepito, alivia, bienvenido sea Pepito.
Un abrazo gigante, Carmen.
Susana: Con sombrero o sin sombrero,tu cabeza siempre está lista para escribir. Doy fe de ello.
Un abrazo para ti y para todas las mujercitas de Louisa May Alcott.
Julio: Sin duda el lobito tenía que ser bueno.
Un abrazo enorme.
Nines: Gracias a ti por tu mirada.
Un beso grande.
Laura: Yo tampoco conozco otra manera de vivir en paz. Ni de morir.
Un abrazo.
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