Te meces en mi recuerdo. Mi saliva se llena de ácido dulce. Mi cuerpo se estremece al tocarlo con tu dedo invisible. Te meces en mi recuerdo y lo llenas todo de sombras y luces, de luna y de mar, de rincones inventados por los que hemos paseado. Te meces en mi recuerdo y te encuentro inmóvil y te doy vida por un instante que abarca el tiempo. Eres príncipe y sapo, mi libertador y mi dueño. Mi alegría y mi dolor. Eres el hombre que se desvanece ante mis ojos y al que sólo puedo ver en mi imaginación hambrienta de caricias, de alas, de sueños, de verdades mal contadas. Eres el hombre que me inventa cada día, y al que yo invento, que me toca con sus dedos, que me abraza y que me besa en el cuerpo y en la boca de otras mujeres de carne y hueso, mientras yo imagino que escuchas mi voz en cada una de ellas, que soy yo y no ellas por las que estás ahí tumbado en sus camas, haciéndote feliz. Soy yo la que sueña con tu cuerpo desnudo mientras te desnudas y sigiloso te deslizas en sus pieles, en sus pliegues, en sus sábanas. Saciada, la mañana me deja un sabor ácido dulce.
Gracias a todos por vuestra mirada.
martes, 9 de septiembre de 2008
Ácido dulce
Te meces en mi recuerdo. Mi saliva se llena de ácido dulce. Mi cuerpo se estremece al tocarlo con tu dedo invisible. Te meces en mi recuerdo y lo llenas todo de sombras y luces, de luna y de mar, de rincones inventados por los que hemos paseado. Te meces en mi recuerdo y te encuentro inmóvil y te doy vida por un instante que abarca el tiempo. Eres príncipe y sapo, mi libertador y mi dueño. Mi alegría y mi dolor. Eres el hombre que se desvanece ante mis ojos y al que sólo puedo ver en mi imaginación hambrienta de caricias, de alas, de sueños, de verdades mal contadas. Eres el hombre que me inventa cada día, y al que yo invento, que me toca con sus dedos, que me abraza y que me besa en el cuerpo y en la boca de otras mujeres de carne y hueso, mientras yo imagino que escuchas mi voz en cada una de ellas, que soy yo y no ellas por las que estás ahí tumbado en sus camas, haciéndote feliz. Soy yo la que sueña con tu cuerpo desnudo mientras te desnudas y sigiloso te deslizas en sus pieles, en sus pliegues, en sus sábanas. Saciada, la mañana me deja un sabor ácido dulce.
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13 comentarios:
¡Qué bonito texto! Nos recuerda que el amor está lleno de sinestesias, de antítesis, de imposibles contrastes: es dulce, es amargo, nos consuela, nos duele, nos amarga la en los labios pero nos da los momentos más dulces ( aunque a veces sólo sean producto de nuestra imaginación) Me encanta venir aquí...Un abrazo muy fuerte.
Se me ha colado un "la" que se ha empeñado en estar donde no debía. Maldito teclado. un beso.
Algunos dicen que para que algo se convierta en realidad, primero hay que imaginarlo. Pero a veces la imaginación es tan poderosa que uno agradece que no todo lo que imagina se convierta en realidad.
No sabes cómo me alegra poder compartir mi imaginación. Gracias por tus comentarios.
Exquisito relato de amor, amiga...dulce, intenso, sensual, fuerte... gracias por compartirlo. Un abrazo gigante.
La verdad es que me siento un poco abrumada cuando personas como tú o como Marisa, o Santi, através del cual estoy conociendo y disfrutando de tanta sensibilidad, son capaces de emocionarse con mis palabras. Vuestros blogs son una fuente constante de inspiración.
Gracias por tus palabras.
Medialuna, él se lo pierde. Los amores inventados llegan a ser profundamente reales, dejan sabor y rastros. Ese hombre es tuyo.
No sabía de tu blog hasta que visitaste mis caricias, ahora lo estoy conociendo. Me ha gustado este texto.
Un saludo.
Es un placer recibir tus palabras. Me gusta esa reflexión sobre que el hombre es mío. De cada cual que lo inventa. Lo que siento es no poder ponerme al día con todas las lecturas que publicas. El tiempo casi me da únicamente para imaginar. Bienvenida a mi rincón donde a veces puedo transcribir algunos de los pensamientos que se cruzan mientras se atiende a la vida real.
Un saludo.
Amiga, me alegra ver que tu sensibilidad llega mas lejos, soy feliz de ver que todo ese potencial que llevas en tu interior no se queda para ti, ó para unos pocos en los que me incluyo.
Sabes que todo lo que escribes me deja Ko, como dice Jesús, en algunas me siento reflejada. Nos vemos
Que bonita descripción de una sutil pasión, él.
Gracias por tu visita en el blog, leyendo lo de Frida y dejando ahí también algo de ti.
Un abrazo desde Mexico.
Roberto
PD. así como tu anhelas conocer estos lugares de México, yo deseo fervientemente conocer Madrid y muchos otros lugares de España..... deseo que ojalá pronto se nos realice a los dos.
Eres el anónimo que mejor identifico. Siempre dándome ánimos. Gracias. De corazón.
Nos vemos, claro que sí.
Nunca había pensado que la pasión pudiera ser sutil. Quizá lo sean mis palabras, pero la pasión...La pasión es siempre ardiente. Al menos quema por dentro.
Ay Frida! Eso sí que es pasión.
La verdad es que cuando uno es apasionado se extiende a todo. El mundo entero sería apasionante conocer. Pero si hay que elegir...México y sus lugares mágicos son de lo primerito de la lista.
De momento me conformaré con visitarlos en tu blog. Y desde aquí lo recomiendo. Pondré tu enlace para los viajeros.
Gracias por tu visita.
Tu amor imaginado-soñado-recordado, está tan lejos y tan cerca que da miedo. Describes muy sensiblemente esa ausencia-presencia. ¿Has notado que el amor no tenido, no realizado, construido en soledad aparece con increíble frecuencia en los escritos de los blogs? Debe ser por algo de esta época extraña.
Eso de que te besa en la boca de otras...Que eres tú y no ellas por las que está tumbado en sus camas...Me hace recordar este poema de Idea, aunque la situación no sea exactamente la misma:
Estás lejos y al sur
Allí no son las cuatro
Recostado en tu silla
apoyado en la mesa del café
de tu cuarto
tirado en una cama
la tuya o la de alguien
que quisiera borrar
–estoy pensando en ti
no en quienes buscan a tu lado
lo mismo que yo quiero–.
Estoy pensando en ti ya hace una hora
tal vez media
no sé.
Cuando la luz se acabe
sabré que son las nueve
estiraré la colcha
me pondré el traje negro
y me pasaré el peine.
Iré a cenar
es claro.
Tus palabras sobre esa soledad compartida, hace que la soledad sea más grande y más triste porque esta época extraña pone de relieve que somos muchos sintiéndola latir en nuestros corazones. Quizá el ser humano no haya cambiado tanto por dentro como por fuera. Y ahí está Idea Vilariño para recordarlo. Por cierto que su poema, por el que te doy las gracias una vez más porque no lo había leído, me recuerda a algo que escribí y que anda perdido en uno de los cajones cibernéticos que paso a rebuscar para añadir a este blog hecho a retazos.
Gracias por tu visita.
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