(Publicado por primera vez el 11/8/2008)
El amigo es con el que nunca has de cohabitar (léase coitar). Lo único que el destino tiene contra él, es que es amigo. Nada más grande en el alma y tan incierto en el cuerpo. Un amigo es el que te escucha cuando él mismo sufre y calla, el que te recoge en mitad de una noche tirada, el que comparte las risas de tu cara y el que ríe tus gracias. Es el que te llama sin aviso, el espejo en el que te miras sin miedo a verte distorsionada. Es el que te busca para escuchar un concierto donde poder vibrar y disfrutar juntos. La vela siempre encendida y siempre sabiendo que es el alma lo que compartes y reclamas. Y la reclamas por encima de la piel y por debajo de ella…
El amigo es con el que nunca has de cohabitar (léase coitar). Lo único que el destino tiene contra él, es que es amigo. Nada más grande en el alma y tan incierto en el cuerpo. Un amigo es el que te escucha cuando él mismo sufre y calla, el que te recoge en mitad de una noche tirada, el que comparte las risas de tu cara y el que ríe tus gracias. Es el que te llama sin aviso, el espejo en el que te miras sin miedo a verte distorsionada. Es el que te busca para escuchar un concierto donde poder vibrar y disfrutar juntos. La vela siempre encendida y siempre sabiendo que es el alma lo que compartes y reclamas. Y la reclamas por encima de la piel y por debajo de ella…