Miradas íntimas
Mi último refugio
sábado, 20 de marzo de 2021
Llanto de mujer
lunes, 22 de febrero de 2021
Amapolas negras
Lleva cuidado con lo que sueñas, se puede cumplir
Oscar Wide
No estoy desaparecida,
Guardo silencio junto a mis penas y mis miedos,
con la herida reciente todavía
-como si reciente y eterna fueran la misma cosa-.
Estoy en el silencio que sigue a la tormenta
dando las gracias al dios del universo
por haberme devuelto a la tierra.
Y como a veces los deseos se cumplen,
heme aquí , con los pies en el suelo,
despojada de todas mis pertenencias
sin la garantía, que dicen, te dan los años
y la experiencia.
Nada se parece a lo
que era entonces;
los árboles ya no son verdes,
ni crece la hierba en los campos,
ni corre el agua por los ríos
ni se ven pájaros en el cielo.
Las amapolas son negras
y el mar es ahora propiedad privada de alguien.
Por un momento, pensé que todo era un mal sueño,
una de esas pesadillas que se deshacen al despertar,
que volvería a respirar el aroma del rocío
y vería de nuevo salir el sol por mi ventana.
Me pellizco las mejillas y me pregunto
porqué no elegí muerte.
lunes, 15 de febrero de 2021
Campo de trampas
Quisiera abrir los ojos y perseguir mis sueños
—si los tuviera—.
De veras que querría.
Cantarle a la luna tres verdades
y darme la vuelta luego,
como si nunca antes la hubiese visto.
De veras que querría;
subir de tres en tres las escaleras
y retar a duelo a la vida.
Extender mi piel sobre la cama
y colgar mi corazón en una percha
—si no supiera que es el atajo
que toman los cobardes—.
Querría haber aprendido de mis errores
para no volver a caer en la misma trampa
ni en ninguna otra parecida.
Volver a casa después de la jornada
con el alma entera
y rezar a cualquier dios antes de dormirme
para que me proteja de los monstruos
que asustan a los niños
que no saben que son mayores.
De veras querría no haber tirado la toalla
y seguir creyendo que todavía
hay oportunidad para redimirse
de tantos sueños incumplidos,
de tantas lunas baldías,
de tantas ventanas sin vistas,
de tantos campos minados de trampas.
De veras que querría.
domingo, 7 de febrero de 2021
San Valentín en tiempos de pandemia
Debería existir el día del erotismo,
como existe el día de San Valentín,
o tal vez sean la misma cosa
con nombres diferentes.
Corren malos tiempos para los amantes,
y sin embargo, rompo una lanza
a favor de todos los hombres y todas las mujeres
que dejan hueco al erotismo,
incluso en tiempos de pandemia.
Aquellos que no olvidan enviar un beso
cuando la distancia hace imposible
que se junten sus bocas.
Una lanza a favor de los que resisten
los envites de la vida,
y aun así, guardan una sonrisa
para casos de emergencia
—que es como decir “desesperación”—.
A favor de todos aquellos amantes
que todavía esperan que ocurra
el milagro de la vida;
los que a pesar de los finales
y los principios abortados,
todavía mantienen encendida
la libido del deseo a lo que aún parece posible.
No importa que no lo sea,
que te llamen romántica ingenua,
o algo peor.
Que te adviertan que nadie en su sano juicio
espera un comienzo con un final
escrito de antemano.
Aquellos que celebran el erotismo
como parte indisoluble de su ser,
los que no renuncian al momento
en el que su piel, vuelva a resurgir
de entre las llamas del amor
mientras aún respiran.
viernes, 5 de febrero de 2021
Orgasmos sincronizados
No están los tiempos para mucho erotismo, y quizá por ello, haya venido a mi memoria este poema.
Algunas noches, cuando el deseo
cruza el umbral que separa
la tierra de los cielos,
viene a la memoria de mis manos
el ritmo al que se movían tus caderas
con todos los sueños
galopando hacia el abismo.
Mis labios vuelven a ser entonces
los labios de una geisha,
entrenada para amar
sin condiciones ni contratos.
En el silencio de la noche
puedo oler el aroma de tu sexo
mientras mi boca se inunda de saliva
y el delirio de mis besos
recorre la distancia que separa
tu boca de mi boca.
El sonido de tus pasos llega desde lejos,
te cuelas a deshoras en mi cama,
y tus dedos de barro se hunden
en el fondo de mi vientre.
Moldeas a tu antojo las curvas de mi cuerpo
estrujas mis pechos, los aplastas
y vuelves a escupirlos.
Desgarro tu nombre entre gemidos,
y en ese relámpago de eternidad
donde el mundo se detiene,
invoco tus suspiros
para sincronizar nuestros orgasmos
mientras el placer me atraviesa
de lado a lado el corazón.
lunes, 16 de noviembre de 2020
En las entrañas de la Tierra.
Para
que tú me oigas
mis
palabras
se
adelgazan a veces
como
las huellas de las gaviotas en las playas.
-Pablo
Neruda-
Las palabras
no significan lo mismo
si las dices
arropada por el cielo
que si las
dices atrapada
en las entrañas de la tierra.
Puedo nombrar
tu nombre
ahora que
nadie me oye,
tú tampoco
me oyes.
Y decir como
Neruda:
"La
noche está estrellada”,
y yo estoy
sola, sin nadie,
y sacarle
las tripas a la tierra
y acurrucarme
en tus brazos
y sentirme
como entonces,
como cuando
aún la inocencia,
creía
posible volver a ser feliz.
Y deshacer
la escarcha
y temblar
entre tus piernas
y sentir
piel con piel
boca con
boca
corazón con
corazón.
Pero la
tierra tira de mí hacia abajo,
y echo a
volar los recuerdos
para que no
se queden atrapados
en esta casa
sin ventanas al cielo.
miércoles, 26 de agosto de 2020
Volver a nacer
