Gracias a todos por vuestra mirada.

jueves, 19 de julio de 2012

Pies de Cenicienta


A veces la soledad es tan grande
que no cabe en la palma de la mano,
y se escapa por la yema de los dedos,
por el borde de los ojos,
por la comisura de los labios.

A veces es tan grande
que escapa a otros cuerpos,
y lo inunda todo de caricias y de besos
que huyen del ombligo
y toma cuerpo de mujer.

Luego vuelve a caber toda
en un puño cerrado,
dentro de una lágrima,
o en una caja de zapatos,

—sin pies de Cenicienta—.

jueves, 5 de julio de 2012

El olvido


He andado el camino que lleva al olvido.
He caminado por sus guijarros descalza
y soportado sus largos inviernos sin abrigo.

Es un camino de espinas sin rosas,
sin aromas en el aire,
sin orillas y sin metas.

Es un camino lleno de sombras peregrinas
solitario y oscuro, sordo, mudo.
Todo lo cotidiano es insólito,
tragar saliva, mover un pie detrás de otro.

Cuesta muchos pasos
olvidar los días de destierro
que fueron enterrando
todo cuanto fui, cuanto puede haber sido.

Enterrar las lunas llenas
y los amaneceres más oscuros.
Enterrar todas las mentiras
y todas las verdades.

Cuesta devolverle la sonrisa
al rostro, y perdonar al olvido
de todos sus recuerdos.

domingo, 1 de julio de 2012

El espejo invisible

Quisiera  ser por un rato el mimo obediente en el espejo. Poder intercambiar los perfiles y sorprenderme con un guiño anticipado. Desnudarme de la ropa sin pudor, y esperar otro gesto que imitar  sin oponer resistencia. Y quedarme  así dormida por un rato, en ese lado invisible del espejo.