Para
que tú me oigas
mis
palabras
se
adelgazan a veces
como
las huellas de las gaviotas en las playas.
-Pablo
Neruda-
Las palabras
no significan lo mismo
si las dices
arropada por el cielo
que si las
dices atrapada
en las entrañas de la tierra.
Puedo nombrar
tu nombre
ahora que
nadie me oye,
tú tampoco
me oyes.
Y decir como
Neruda:
"La
noche está estrellada”,
y yo estoy
sola, sin nadie,
y sacarle
las tripas a la tierra
y acurrucarme
en tus brazos
y sentirme
como entonces,
como cuando
aún la inocencia,
creía
posible volver a ser feliz.
Y deshacer
la escarcha
y temblar
entre tus piernas
y sentir
piel con piel
boca con
boca
corazón con
corazón.
Pero la
tierra tira de mí hacia abajo,
y echo a
volar los recuerdos
para que no
se queden atrapados
en esta casa
sin ventanas al cielo.