Gracias a todos por vuestra mirada.

sábado, 25 de abril de 2015

Nada que ofrecer


A nadie le sirve una mirada antigua
a la que se le secó el mar dentro de los ojos
ni unas manos ya cansadas
de tanto labrar la tierra prometida
que nunca ha de llegar.

Es mejor quedarse en casa
cuando lo único que puedes ofrecer
es un corazón en carne viva
al que el más mínimo roce le hace sangrar.

Cuando no te queda nada que ofrecer
no está bien ir con los amigos
y tenerles que pedir una sonrisa prestada
para llegar a fin de mes.

No es de recibo recurrir a los abrazos familiares
y mentirles a la cara con un “estoy bien”
para no arruinar la fe en sus rezos y milagros.
  
Ya lo dicen esos carteles de Facebook
que la gente comparte con tanta alegría
como si acabasen de descubrir
la semilla de su tristeza
y no hubiera más verdad sobre la tierra.

“Aléjate de todo lo que huela a desgracia”
—leo con el primer café de la mañana—.
Es mejor quedarse en casa
cuando no tienes nada que ofrecer.



domingo, 19 de abril de 2015

No te apures

Hay preguntas tan absurdas por evidentes,
que es mejor guardar silencio.
No me cuentes el tiempo que hace afuera
cuando de sobra sé que llueve desde hace días.
No te apures, no hace falta que digas nada.
Nunca fui amiga de llenar silencios con palabras vanas,
ni mujer de costumbres, y mucho menos de tradiciones.
Puedes pasar hasta la cocina,
tomarte un café, o ninguno.
Fuera sigue lloviendo, no te olvides el paraguas.