Gracias a todos por vuestra mirada.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Luz de luna (en barbecho)

Podría decir que soy media luna, que soy luna entera o luna nueva, y al fin, luna, con todas sus fases crecientes y menguantes, bailando siempre alrededor de alguien más grande, que además tiene la virtud de girar sobre su propio eje. Yo me dejo obscurecer, no tengo opción, parece, y sin embargo, como si de una adivinanza se tratara, brillo casi en la misma noche que se marcha para los que no han podido verme. Y así me engaño creyéndome dueña de mi luz y dueña de los ojos que se atreven a mirarme. Dueña de las mareas y aunque algunos no lo crean, dueña de la siembra, luz de poetas.

lunes, 8 de marzo de 2010

Mi verdadero nombre

Hoy me dio por recordar todos los nombres que escribiste en el banco donde nos dio por pintar flechas de Cupido atravesando corazones. A un lado tus letras, al otro la sorpresa de no saber quién sería yo esa tarde. Cada día inventabas un nombre diferente para nombrarme. Canela, Lunares, Mariposa, Diamante. Zapatillas de balé, Casiopea, Londres, Primavera, Celeste. Lirio, Hierbabuena, Terciopelo, Platy, Re sostenido, As de corazones. Afrodita, Fragancia Cítrica, Brisa Fresca. Huracán, Arpa, Flauta, Amapola, Rosa. Almíbar, Chocolate, Bizcocho, Nata, Crema. Arena, Ola, Sol, Luna, Alba, Ocaso, Rubia, Morena. Princesa, Bruja, Reina, Cenicienta, Caperucita Roja, Marfil, Perla, Lluvia, Nieve, Aire, Senda… Decías que te tatuarías todos ellos en tu columna vertebral para no perder tu centro de gravedad. Fui todos los sabores, todos los olores, todos los peces de colores. Fui todas las capitales de todos tus viajes. Todas las fragancias, todas las cartas de la baraja, todas las perlas, todas las estrellas y todas las notas musicales. Fui la textura que tus manos deseaban que fuera y todas las palabras obscenas que dibujaste con tus manos y con tus labios tumbados en el banco. Fui todos los instrumentos de orquesta, todas las frutas del bosque, y todas las flores silvestres. Todos los mares y todos los amaneceres. Ríos y arco iris. Personajes de cuentos, poemas, papel en blanco. Fui todo cuanto quisiste que fuera. Todo menos quien yo era. Creo que nunca supiste cómo me llamaba en realidad, ni de cuántas letras se componía mi nombre. Creo que ni yo misma lo supe, hasta que dejaste de nombrarme.

jueves, 4 de marzo de 2010

Mi propia voz

Hoy se celebra el Día Europeo de la Voz, y he querido contribuir con la mía propia para conmemorar la importancia de su cuidado que va más allá de los problemas patológicos estrictamente orgánicos.

Hoy mi voz se hizo valiente. La saliva se tragó el amargor de todos los años que la quebró, y la mantuvo en un silencio inclemente. Capaz tan sólo de emitir lamentos como el aullido de los lobos heridos de muerte, como el ladrido de los perros en la oscuridad de la noche. Hoy mi voz perdió la cobardía de adentrarse por sendas desconocidas. Se hizo gallarda y exhaló los primeros acordes. Como si de mi guitarra olvidada se tratara, acaricié el do, el mi, el re, mientras mis dedos temblaban ante la emoción de volver a escucharla. Hoy mi voz vibró de nuevo con todas sus cuerdas vocales. Inundó el aire vacío que respiraba y exhaló golpe a golpe, todas las palabras que mantuvo secuestradas. Hoy mi voz se atreve a cantar sus penas sin miedo, sin reproches, sin misterios. Hoy mi voz, la misma de siempre, trata de cantar melodías diferentes. Ya no suena hueca. Hoy vuelvo a llenarla de altos y bajos, de agudos y graves, sin falsas notas que desafinen al contacto de unas con otras.