Gracias a todos por vuestra mirada.

martes, 26 de julio de 2011

Del revés.

Hoy se han vuelto del revés mis ojos  y se han empeñado en mirar hacia dentro, y no tengo modo de cubrir mi corazón ni mi hígado ni mi estómago, con al menos una de esas sábanas tan socorridas con las que una se cubre el cuerpo al amanecer. Creo que culpan a todas las sombras de sus goteras interminables, y del miedo que tuvieron a que se desbordaran de sus límites verdes. Pero de eso hace tiempo, ¡hay que ver qué rencorosos se han vuelto mis ojos! Ni siquiera tienen en cuenta que no tengo asegurados los órganos, y como se empeñen, seguro que me hacen pagar por cada lágrima vertida en estas últimas estaciones de huracanes y lluvias. Mas les valdría mirar hacia delante y dejar ya de reclamar a los que a fin de cuentas, también han pagado como ellos, todos los impuestos y todas las tasas por estar vivos. Parecen no darse cuenta que viajan en el mismo barco, y las peleas a bordo corren el riesgo de que alguien salga mal herido. ¡Quién sabe!, quizá el corazón se pare, o deje de funcionar el hígado, o la bilis inunde el estómago. Total, por unas lágrimas que nunca llegaron al río. Eso, sin tener en cuenta que ya están secos del todo, y siguen siendo verdes, un poco más descoloridos, vale, pero aún así conservan la gracia divina de poder seguir viendo cómo caen las hojas en otoño, cómo saltan las ardillas por el parque, cómo miran otros ojos…Espero que se vuelvan razonables y dejen que el corazón siga latiendo, y el hígado cumpliendo sus funciones, y el estómago digiriendo sus bilis, que lo que ellos parecen no saber, es que hay órganos vitales, y sin ellos, su color verde se apagaría para siempre.