Gracias a todos por vuestra mirada.

jueves, 25 de abril de 2013

El secreto de mi cuerpo


No es nada de tu cuerpo, 
ni una brizna, ni un pétalo,
 
ni una gota, ni un grano, ni un momento.
 

Es sólo este lugar donde estuviste,
 
estos mis brazos tercos.

                                (Jaime Sabines)

Aún no he descubierto cuál es la parte de mi cuerpo
que más te necesita,
si mis pies errantes en busca de un camino
o estas  manos tercas rebosantes de caricias.

Aún intento descifrar si son mis labios insaciables
los que reclaman tus besos de fuego
o la imaginación que se desborda
del hueco más oculto de la memoria.

Y así cuando te pienso, se enredan mis recuerdos en tus piernas
lo mismo que se enredan tus dedos en mi pelo,
mientras mi cuerpo es sólo tuyo
y  toda yo un laberinto sin puntos cardinales.

Y así sigo adentrándome en la duda
sin poder adivinar cuál es la parte de mi cuerpo
que más te necesita.

Puede suceder también, sucede muchas veces,
que no sea el empeño de mi cuerpo
el que ansía invadir todos tus rincones
y sea sólo esta manía mía por confundir,
el deseo de mi piel con el deseo ferviente
de encontrar a alguien capaz de descubrir
lo que esconde lo más profundo de mis humedades.




martes, 23 de abril de 2013

El minuto de la suerte

No se me ocurre mejor manera de celebrar el día del libro que con un poema recién salido del horno. 
¡Suerte a todos!


El minuto de la suerte
Me gustaría encontrarme cualquier día,
algún minuto extraviado del reloj
antes de doblar una esquina,
como el que se encuentra una moneda por la calle
y  se agacha a recogerla, 
orgulloso de haber encontrado la herradura de la suerte.

Lo guardaría en el bolsillo con el resto de mis céntimos
porque una nunca sabe  cuando puede hacerle falta
echar mano de ese minuto
que complete la hora que no termina de completarse.

domingo, 21 de abril de 2013

Impronunciable


Quizá no sepas que todas mis palabras
llevan tu nombre escrito entre sus sílabas
lo mismo que el ADN corre por la sangre,
y que al pronunciarlas, el aire te nombra
como las primeras flores nombran la primavera,
como se exhala el aire
para  volver a respirar su aroma.

Quizá no sepas que todos los caminos que recorro
me recuerdan a todos los paisajes
que contemplé a través de tus ojos,
que a todos los trenes a los que me subo,
subes conmigo
sin tener que pagar billete de vuelta.

Quizá no sepas que el viento cuando sopla
y me levanta la falda,
es como tus manos adentrándose en mis muslos.
Quizá no hayas reparado que la tristeza
que desbordan mis versos,
forman parte de saberme  viva
lo mismo que la muerte nace con la vida.

Quizá debí haberte advertido que mi lenguaje
es tan villano como los miedos que me invaden,
que temo pronunciar tu nombre                    
como temo nombrar a los muertos
por si acaso despiertan y vuelven a morirse.

lunes, 8 de abril de 2013

Cielos de primavera


Hoy necesito devolver al cielo
todos los soles que me ha prestado
a lo largo y ancho de mi vida.

Romper una lanza a favor de sus favores
y pedirle perdón por romper tantas lunas
escribiendo poemas  incapaces de ver el brillo
de todas y cada una de sus estrellas
mientras yo me empeñaba  en vivir a la luz de una vela .

Necesito darle las gracias con las mismas letras
con las que he maldecido  sus nubes negras
sin escuchar de sus labios  un reproche
ni  cobrarme intereses por anticiparme amaneceres.

Hoy necesito desempañar mis ojos,
es la hora.
El cielo siempre cumple sus promesas
y tras el invierno, nos regala primaveras.

Es justo y necesario mirarle entre las cejas,
tragarme el orgullo,
enterrar mis penas en el foso del olvido
y jurarle que su mirada,
en el momento más oscuro del alba,
consiguió salvarme de mi ceguera.