Gracias a todos por vuestra mirada.

jueves, 26 de marzo de 2009

Pausa () Paréntesis

A veces hay que irse para volver. Vaciarse para poder llenarse de nuevo.

Esto no es una despedida. Es un hasta luego. En estos nuevos mundos las distancias no existen. ¡Qué bueno! Emprendo viaje. Cuando me sorprenda la noche, albergaré mi cuerpo entre vuestras letras, y continuaré camino al amanecer. Ya os contaré a mi vuelta. No llevo mapas, ni sé cuánto tiempo estaré fuera. O dentro (según se mire). Sólo sé que ya estoy en la estación esperando el tren que ha de traerme de regreso.

Me voy con la soledad de mis palabras y la compañía de las vuestras.

...El tren se ha puesto en marcha...

Besos.

martes, 17 de marzo de 2009

Sin respuestas

...¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá. "¿Por qué no lloré yo?
(Gustavo Adolfo Bécquer)

Quizá tú no te preguntes por qué, porque sepas que la respuesta es no hacerse preguntas.
Yo seguiré preguntándome eternamente si todavía estarías conmigo si no me hubiera ido. Si hubiera estirado el último abrazo unos años más, si hubiera esperado que llegara tu beso, si hubiera seguido soñando que llegaría. Y me seguiré preguntando eternamente si me quisiste tanto como decías. Si se puede dejar de querer, o si se puede no dejar de hacerlo nunca.

jueves, 12 de marzo de 2009

Diario de papel


Siempre supiste todo cuanto pasaba por mi mente y por mi cuerpo. Eras mi fiel confidente. El único. Mi compañero. Sólo tú sabías de mis grandes y no tan grandes amores. Sólo tú conocías con quién dormía al caer la tarde. Sólo tú y nadie más, podría descifrar mis versos, el sonido íntimo del placer, el lugar exacto en el que existía, la presión justa, el momento más ardiente, el número de caricias por cada palmo de piel, los besos que medía... Sólo a ti confiaba cada nombre distinto con el que nombraba la luna y nombraba las mareas y las tormentas y los torrentes que discurrían cada noche por cada rincón oculto de la madrugada. Sólo tú escuchabas las palabras que se deslizaban bajo las sábanas, los suspiros que entregaba, los gemidos que arrancaba mi garganta. Solos tú y yo al final del día. Paciente, abriendo de par en par tus páginas para llenarlas con mi tinta. Siempre dispuesto a secar mis lágrimas, a dejar vaciar mi alma de palabras, a juntarlas una tras otra sin aliento y sin pausa. A veces hasta te quedabas dormido entre mis faldas y yo te acariciaba infinitamente, eternamente… y te daba las gracias. ¡Cuántas páginas hemos llenado juntos! ¡Cuántas fantasías derramadas! ¡Cuantos sueños, cuánto amor ha cabido!
Hoy ya, tan solo escribo en un diario de papel.

viernes, 6 de marzo de 2009

Te deseo

Te quiero, te deseo
Me gustas, te deseo
Te pienso, te deseo
Te añoro, te deseo
Me encantas, te deseo
Me llenas, te deseo
Te suspiro, te deseo
Me fascinas, te deseo
Te admiro, te deseo
Te sueño, te deseo
Te amo, te deseo
Soy tuya. Te deseo.