Gracias a todos por vuestra mirada.

viernes, 14 de mayo de 2010

De otoños y primaveras.

De mis dedos se desprenden hoy
Palabras de nostalgia, igual que
Se desprenden las hojas de sus ramas.

Se deslizan lentamente de mi pluma
Ajenas al destino de su tinta.

Arrancadas ya sin retorno
De su primavera y de las sombras
Que albergaron cálidos veranos
Ávidos de historias.
De amores imposibles
Que sangran todavía.
También de amores que jugaron
Con sus manos y sus bocas.
Historias de lunas y caricias
De amaneceres y rocíos
Llenos de esperanza.

Historias todas contadas
Con el pulso de la vida.
Con el miedo a flor de piel
Con la voz estrangulada.

Hoy se arremolinan mis palabras
Y vuelan con el mismo viento
Que arrancó las hojas de su árbol
Sin ninguna misericordia.
Quedan desnudos los arces y los olmos
Los alisos y los sauces…
Así queda desnuda mi alma
En esta mañana de otoño
Aunque luzca un sol de primavera.

Epílogo

Han de venir otros otoños vestidos de primavera. Han de brotar nuevos retoños del manto de hojas muertas. Se llenarán de flores los mismos árboles de donde hoy se descuelgan palabras de adioses.

Pero como decía Benedetti: “Esto no es un adiós, es sólo un hasta luego”.

domingo, 9 de mayo de 2010

Caricias rebeldes y prolíferas.


He regalado todas las caricias que guardaba para ti. Las atesoré entre nuestras sábanas almidonadas con bolitas de alcanfor para que no se apolillaran. He de confesar que alguna vez se rebelaron, e intentaron fugarse por la ventana, pero me aseguré que aguadaran estoicas como se aguarda a que escampe la tormenta. Como aguardan los marineros que amaine el viento. Como aguardan los labios el primer beso. Como aguarda la virgen, ser desvirgada. Pero las caricias me apremiaban y me suplicaron ser exoneradas. Nunca supe ser buen carcelero y rompí el candado una mañana. Estaban todas alborotadas. Las tímidas, las valientes, las más locuaces, las más calladas. No recordaba que hubiera tantas y de tantas formas y colores. De tantas texturas, sabores, olores y de tantos caracteres. Angulosas, redondas, azules, rosas, toscas, suaves, insípidas, sabrosas, perfumadas, naturales, sospechosas, inocentes, tiernas, compasivas, apasionadas, distraídas, atentas, sensatas, inconscientes, generosas, avariciosas, atolondradas, serenas, impacientes, cordiales, entrañables, efusivas, dóciles, rebeldes, humildes, orgullosas. También sexuales…Agradecidas de su independencia recién conquistada, se disputaron ansiosas mis rizos, mis pechos, mi cuello, mis manos, mis brazos, mi espalda, mis piernas, los tirantes de mi vestido, los pliegues de mi falda…Se alojaron a su antojo, siempre fueron intuitivas, incluso las más íntimas. Las envolví con mi abrigo, dispuesta a liberarlas definitivamente de su confinamiento. Mi piel recobró la sensibilidad perdida. Es indescriptible la escasez de caricias que descubrí anidadas en cada esquina. Mendigos, niños con mocos, madres y padres separados, abuelos en los bancos, jóvenes sin rumbo, expatriados, enfermos, desahuciados, músicos sin orquesta, escritores sin historias, poetas lunáticos, soldados sin patria ni bandera. Desiertos de asfalto. Hombres y mujeres, todos con sus caricias bajo el brazo sin saber qué hacer con ellas. "Estoy a tiempo", me dije. Siempre se está a tiempo. Las caricias tienen la facultad de reproducirse solas. Por cada una que regalas, nacen mil. Nunca se agotan.

lunes, 3 de mayo de 2010

Pasado el tiempo...

Cómo pasado el tiempo
la tormenta se vuelve lluvia.
Gotas desvanecidas.

¡Cómo quisiera yo ahora
poder sentir una sola de ellas
mojando mi mejilla!

Cómo pasado el tiempo,
recogidos ya los frutos...
quisiera yo haber disfrutado
de la siembra.

Cómo el mar alborotado,
el mismo que forja acantilados
alisa rocas y derrocha olas,
se vuelve manso
y se desvanece en la orilla.

¡Cómo se desvanecen
los días alegres
en una alargada sombra…!