A veces alguien se empeña
en mantener tus ojos abiertos.
Alguien los abre con su silencio,
y en él puedes ver
todas las palabras
que nunca se dijeron.
A veces alguien se empeña
en abrirte los párpados
y mantenerlos sujetos
con dos pinzas pinzando las pestañas,
y te obligan a mirar
lo que escapa a un parpadeo.
A veces te los operan sin anestesia
con un bisturí muy preciso
para que nunca más
puedas refugiarte en su miopía.
puedas refugiarte en su miopía.
Y sobrios de realidad
los ahogo en una copa de vino.