No me hables del mundo. Háblame
de tu vecino, el que tienes ahí al lado, dime qué eres capaz de hacer por él y
hazlo. Tal vez así se cambie el mundo. Que no me hablen de obviedades como
todas las que dijo el rey ayer, que éso ya lo sabemos todos. El problema es
cómo conseguir todas esas buenas palabras. ¿Tal vez olvidando todas las
ofensas, olvidando que nos han robado los sueños, olvidando a los muertos que
cada vez quedan más lejos, pero no para sus nietos. Olvidando que ayer éramos
muchos los que comíamos tres veces al día, incluso te dabas el capricho de
comer fuera, en restaurantes llenos de gente vestida de domingo. No, yo no
puedo olvidar todo lo que lucharon tantas generaciones por los derechos
laborales, por los derechos de las mujeres, por los derechos de los niños y
perdonar que cada día se vulneren bajo vanas palabras que dicen, sí sí,
pobrecillos, les ha tocado. Tampoco creo en la violencia, como no creo en la
imposición. Pero nunca antes de ahora me había sentido bajo una dictadura tan
férrea que no me deja otra salida que el exilio. Algunos prefieren llamarlo
emigración. España, país de emigrantes. Y lo cierto es que desde niña llamó
mucho mi atención que durante cuarenta años, sólo pudiera escuchar quejas y
lamentos. Así hasta que estiró la pata (disculpen la expresión), que si no, tal
vez seguiríamos bajo su yugo. Y entonces una democracia improvisada, recuerdos
lejanos de lo que pudo ser en 1921 o 26...Mi abuela ya acariciaba el sueño de
vestirse de charlestón y terminó vestida de negro en un pueblo tras la muerte
de su hijo en la guerra. Y así miles de historias nunca contadas, sino era en
sobremesa.
Gracias a todos por vuestra mirada.
jueves, 25 de diciembre de 2014
lunes, 8 de diciembre de 2014
El último beso
Cuando se te quedan los labios fríos
y el corazón helado.
Cuando empiezas a creer
que ya has besado todos los besos
que tenías en tu haber.
Cuando te encierras entre cuatro paredes
para no tener que volver a pisar las mismas calles
ni subir a los mismos
trenes
que siempre vienen de vuelta.
Cuando la tentación
acude a la carne
y te arranca la piel a mordiscos,
lo mismo que si te arrancaran los brazos de cuajo.
Cuando el dolor se hace tan físico
que hasta el alma se da por vencida
y abandona su cuerpo.
Cuando el amor
cuando la renuncia.
sábado, 29 de noviembre de 2014
Arenas movedizas
Cuando el silencio se traga tu voz
y la mirada se cae de los ojos
y las manos cuelgan
inertes de los brazos
y la tierra bajo tus pies se vuelve arena movediza,
puedes decir, que estás muy cerca
de alcanzar el infierno.
No me creerás si te digo,
que ahí abajo no hay
nada digno de conquistar.
Sólo hay escombros y cenizas,
caricias oxidadas y besos desgastados,
palabras amarillas que perdieron su tinta original,
flores muertas y amaneceres rotos.
La música es sólo un ruido de cadenas
y el tiempo, un reloj sin arena.
Bajo el suelo siempre es invierno,
y no tendrás ningún sueño que te abrigue
ni estrella alguna que te acompañe en el camino.
Sólo la muerte te tenderá una mano
pero créeme si te digo,
que la vida comparece en el último minuto.domingo, 23 de noviembre de 2014
"Sí" antes de "pero"
Un sí antes del pero, es un no encubierto,
un cobarde haciéndose el valiente,
un presente que quiere adelantarse un paso.
Es la cara oculta del que espera algo a cambio,
el gracioso que te cuenta el final de la película,
la sonrisa que se cae a medio camino del rostro.
Un sí antes del pero, es una tarde azul
que se torna en
tormenta
cuando disfrutas una merienda en el campo.
Como la visita inoportuna,
como las flores que se regalan a los muertos,
como decirle a un niño “mañana”.
Es la intuición que se confirma
sin necesidad de hacer la pregunta.
viernes, 14 de noviembre de 2014
Armisticio
Rendirse fue la única opción posible
después de haberse rendido muchas veces.
Ya no podían estirarse más los abrazos,
ni besarse los besos
que nacían muertos.
Los dos ondearon bandera blanca
extenuados por la deriva de los años.
Ya sólo quedaba firmar el armisticio
y deponer los reproches.
A fin de cuentas,
compartían el cesto de la ropa sucia,
los números en rojo
y las escaleras que
conducían a las habitaciones
donde cada uno podía soñar a su antojo.
Mientras, la niña abrazaba a su oso
y rezaba al dios que
rezan los niños.
lunes, 6 de octubre de 2014
Después de haber vivido
“Pido perdón, yo sé que esto no vende,
que es preciso soñar, seguir soñando
con la felicidad…”
(“Y, encima, llueve” –Ana Montojo-)
Cierto. La realidad no vende. A ver quién es el valiente que
se atreve a comprar un sapo con la promesa de convertirse en príncipe, o un guisante con aspiraciones a princesa del
cuento.
A ver quién es el
guapo o la guapa, que compra los desvelos a precio de ganga, sabiendo que
mañana serán noches eternas de insomnio, donde no hay espacio para ningún
sueño.
Y es que después de
haber vivido, los días son tan sólo,
fechas de aniversario que conmemoran todo el dolor que se arrastra, con el
corazón despellejado por recuerdos que duelen como el primer día al
recordarlos.
Y es que después de haber vivido lo suficiente, una comprende
que el horizonte, es esa línea a la que sólo se llega después de haberse
muerto.
lunes, 29 de septiembre de 2014
Lo que nunca sucedió
Sé que no hay manera de hacerle el boca a boca a mi blog. Mea culpa la primera, que lo tengo relegado como a un plato de segunda mesa. Y mea culpa también que no visito a los amigos, que apenas me entretengo cuando leo sus poemas en el facebook. Pero seguiré diciendo, que esto de los blogs, fue otra cosa. Quizá porque la gente se sientía menos expuesta, o así me sentía yo. Era como una reunión de amigos. En fin...por si alguien se llega hasta mi puerta y le apetece echar un vistazo por detrás de esta casa medio abandonada, aquí dejo un poema.
Es como si nunca hubiera sucedido,
como si todo hubiera sido una invención mía,
un recurso de perdedores
que imaginan que la vida les sucedió de verdad.
A penas duró un suspiro, o será lo que dura
ahora en el recuerdo.
Sea como sea, una sombra
se posó sobre la luz
y se rompió el cielo.
Y regresé de ningún sitio
Pisando los cristales de mis sueños,
Tratando de salir ilesa
De un cielo que a penas duró un suspiro.
Ahora vivo en la tierra
Pisando el lodo de aquello
Que nunca sucedió.
sábado, 27 de septiembre de 2014
El verso perdido
Siempre busco el verso perdido
al final de un poema,
como quien intenta rellenar
con la imaginación,
los puntos suspensivos
de una historia
de una historia
para la que no existe final
digno de su principio.domingo, 31 de agosto de 2014
Penitencia o castigo
Queridos amigos blgueros: Tendremos que forjar la liga de "los viejos blogueros” Parece que hiciera mil años que no hablamos por este
medio. Como si se tratase de algo antiguo, cuando la gente aún era capaz de
comunicarse de tú a tú.
Seguiré con las actualizaciones de mi pasado, pero como el
presente siempre ocurre mientras tanto, me nació este poema, que comparto como
era mi costumbre, recién salido del horno.
Abrazos.
Penitencia o castigo
Y una se declara inocente de todas las culpas
y culpable de toda inocencia.
Y se declara incapaz
de entender lo que dice el juez;
que ni asiente ni desmiente,
tan sólo dicta el veredicto de la vida.
Qué importan los argumentos,
los alegatos que fingen ser cuerdos.
Qué importa estar a la altura de los hechos
o haber formado parte de ellos.
El alegato siempre se da al final
cuando ya nada tiene remedio.
Sólo el veredicto te salva o te condena,
y en la espera, está la penitencia
o el castigo.
¡Vaya usted a saber!
domingo, 18 de mayo de 2014
El pacto
Cuando se me secan la palabras,
cuando ninguna se atreve
a salir por los dedos ni por la boca
en busca de un poema capaz
de vaciar los recuerdos de la memoria,
me doy cuenta de que no existe,
palabra ni poema ni gesto siquiera,
que pueda definir el significado
del instante que todo lo cambia;
la calle que se cruza
sin mirar a los dos lados,
la esquina que se dobla por azar
-o por equivocación-
-o por equivocación-
el olor a lluvia convertida en barro.
No existe o - yo no lo encuentro -,
el poema capaz de convertir la realidad
en un mal sueño,
ni reparar el tejado de la casa
cuando se está cayendo a pedazos,
ni quede un trozo de luna
por más que el poeta se empeñe en nombrarla.
Un poema es sólo eso. Un conjunto de palabras,
un pacto ilícito entre el tiempo y la muerte.
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