Gracias a todos por vuestra mirada.

domingo, 27 de febrero de 2011

Luna nueva

Una noche más de luna llena vacía, donde espero que los lobos se conviertan en hombres y los sapos vuelvan a sus charcas sin disfraces. Donde el lodo sea camino de asfalto para poder andar los caminos. Donde el silencio de ciudades fantasmas se llenen de risas, de niños.

Una noche más donde espero que la conciencia se convierta en ciencia, las pistolas en letras, los puños en caricias, el poder del dinero en el poder de las almas heridas, que reclaman al unísono su lugar en el mundo. Las fronteras en líneas invisibles e indivisibles.

Una noche en el que la luna reúna bajo el mismo cielo, a todos cuantos hablan la misma lengua de un corazón herido, y al grito de “Basta ya” consigan que la luna llena deje de vaciar sobre sus cabezas, las miserias de esos otros corazones de piedra, bañados en tuberías de oro que dejan sus bocas secas y sus cuerpos acartonados comidos por las moscas.

¡Qué bonita sería entonces la luna!

viernes, 18 de febrero de 2011

Siete vidas tiene un gato.

Queridos amigos:

Aquí os dejo este cuento.

Érase que se era...

Hace tiempo que os extraño casi tanto como me extraño a mi misma. Es por ello que comparto este cuento recién nacido.

Un beso a todos.

Sabía que iluminaría sus noches oscuras y sus noches en blanco. Sabía que amaría cada parte de su cuerpo trozo a trozo. Que convertiría la piel que la cubría en la piel que la desnudaba. Amaría cada paso que diera porque todos, por siempre, le habían conducido hasta Él. Y que Él sabía que Ella le amaría con sus manos, con sus ojos, con sus piernas, con sus pasos, como siempre le había amado.

Sabía que si el tiempo se hubiera detenido aquella noche de marzo, seguirían siendo Él y Ella como siempre habían sido. Pero el tiempo no se detuvo. No tuvo misericordia de dos corazones heridos, ni les dio tregua. Cada día amanecía a la misma hora, y el día seguía durando veinticuatro horas. Restaba las del sueño que no dormía y pedía cada noche que no amaneciera. Pero volvía a amanecer a la misma impúdica hora, sin haberles tendido su mano.

Y del pasado pasaron a un futuro sin presente, sin una sola esperanza ya, porque como a los gatos, les quedaba ya una sola vida.

Y así amanecieron a un futuro donde les bastaban unas pocas horas para ser felices con un beso de “buenas noches amor”, de “pásalo bien mañana”.

Y al salir una mañana por la puerta, se vieron viviendo la última vida que les quedaba mirándose a los ojos en un café de Madrid cualquiera, contándose, mirándose, contándonse…, como dos amigos que se encuentran y se ponen al día para no olvidar que son amigos. Y nada más. Y volvían al ajetreo de su séptima vida soñando que eran felices las horas que no vivían en un café de Madrid cualquiera.

sábado, 12 de febrero de 2011

Contracaminante


Desde aquí quiero felicitar a mi amigo y mi guía en el mundo de la poesía, Jesús Arroyo, por la primera edición de su libro “Contracaminante”. Es un verdadero deleite adentrarse en sus versos y poder descubrir “qué sentiría la noche si no se hiciera día y en la madrugada no existiera remolino de colores. Descubrir cómo se escancia la sidra, cómo se secan las sábanas al sol mientras esperan las manos quietas bajo los mandiles. Cómo se mata al tiempo que nos mata con su tozudez intransigente de resucitar mañana. Cómo los versos acompañan a esta soledad de los poetas, madre de las letras compasivas.”

¡FELICIDADES COMPAÑERO!

Todavía estoy disfrutando del olor a letra recién impresa…