Si tanta gente como conozco se siente sola,
ni hablar ya de los que no conozco,
será porque a nuestro pesar,
la soledad ocupa el lugar que le corresponde.
Pero no por derecho,
ni porque se lo haya ganado a pulso.
Ella siempre estuvo allí
aunque yo nunca saliera a su encuentro.
La respetaba demasiado, o tal vez, la temía.
Yo nunca fui a buscarla,
ella me encontró desnuda
tirada en medio de una calle,
y me recogió.