Gracias a todos por vuestra mirada.

lunes, 9 de febrero de 2015

La mala suerte


Qué hacer cuando la mala suerte se ceba en tu persona,
esa mala suerte del que pasa por debajo de un balcón
y le abre la cabeza.
Ésa en la que no creen los prepotentes ni los iluminados,
ésa que te encuentras al final de la calle
y descubres que no tiene salida,
que tienes que volver sobre tus pasos
o salir volando por encima de las casas,
de las penas esparcidas por el suelo,
de montones de recuerdos
embalados en cajas de cartón.
Decir adiós a la mala suerte,
no es tarea fácil cuando se empeña
en echarte un pulso tras otro
con el único objetivo de rendirte.
Pero he aprendido a no rendirme,
a pasar por encima de las cosas,
a sobrevolar todos los obstáculos que la mala suerte
ha decidido poner en mi camino.
No podrá conmigo ni con los míos.
Moriré de pie si es necesario
con las lágrimas y la sonrisa congelada.
Todavía espero la primavera
después de tantos inviernos.

3 comentarios:

Nines Díaz Molinero dijo...


La mala suerte, o las malas rachas, acaban sucumbiendo a espíritus luchadores (y poéticos) como el tuyo, Carmen.

Un besazo.

SALETA dijo...

Me duele. Es un poema que duele. Ojalá el dolor se pudiera separar en paquetitos, pero no es así. Al menos, esa clase de dolor, el de las rachas.

Todo sería más llevadero si pudiéramos decir: Pepe, hice bolsitas y te mando una, ¿qué tal te pillo... puedes?

Se emociona uno solo de soñar con que esas cosas fuesen posibles.

Un abrazo, amiga.

carmen jiménez dijo...

Nines, una mala racha es algo que puede medirse en el tiempo con su principio y su fin. Lo mío es otra cosa, aunque espero que tenga también su fin.
Un abrazo y ganas de dártelo en persona.

Ay Saleta! Qué alegría saber de los dos, o debería decir de los tres, porque Xumpéter y Pepe, también cuentan esta historia en la que ya me he embarcado en tu nuevo espacio.
Ojalá fuera tan fácil Pepe, como parece que describes, pero creéme si te digo que no sé muy bien cómo es eso de hacer paquetitos.
Lo que sí te mando es un abrazo gigante.