Gracias a todos por vuestra mirada.

sábado, 25 de abril de 2015

Nada que ofrecer


A nadie le sirve una mirada antigua
a la que se le secó el mar dentro de los ojos
ni unas manos ya cansadas
de tanto labrar la tierra prometida
que nunca ha de llegar.

Es mejor quedarse en casa
cuando lo único que puedes ofrecer
es un corazón en carne viva
al que el más mínimo roce le hace sangrar.

Cuando no te queda nada que ofrecer
no está bien ir con los amigos
y tenerles que pedir una sonrisa prestada
para llegar a fin de mes.

No es de recibo recurrir a los abrazos familiares
y mentirles a la cara con un “estoy bien”
para no arruinar la fe en sus rezos y milagros.
  
Ya lo dicen esos carteles de Facebook
que la gente comparte con tanta alegría
como si acabasen de descubrir
la semilla de su tristeza
y no hubiera más verdad sobre la tierra.

“Aléjate de todo lo que huela a desgracia”
—leo con el primer café de la mañana—.
Es mejor quedarse en casa
cuando no tienes nada que ofrecer.



1 comentario:

SALETA dijo...

Quédate en casa o sal. Hazlo sola o con gente. Pero, recapacita: ¿Qué es lo que siempre está contigo?

No te juegues el Ser.

Un abrazo, amiga.