Gracias a todos por vuestra mirada.

domingo, 12 de abril de 2020

Liquidación de cuentas


Ante tanta desolación, cualquier otro dolor parece un insulto, y sin embargo, la vida sigue clavando aguijones aquí y allá como para que no olvidemos que ella sigue ahí. Doy gracias a la poesía que tanto me ayuda a la hora de exorcizar mis demonios.


“…Y aunque en la piel nos queden cicatrices
desde el viejo pasado hasta el presente
puede ser que logremos ser felices
(Mario Benedetti)

A la hora de echar cuentas
el amor está de sobra en este menester.
Solo suman los errores;
los años malgastados
a la luz de una vela que no arde,
los besos malogrados,
los abrazos de madera,
los recuerdos abortados
que nunca se atrevieron a nacer.
Los números no entienden de promesas
y mucho menos de fe.
Los números se cuadran
frente al pelotón de fusilamiento
sin dejar una sola palabra en pie.
No entienden de vigilias,
ni de sonrisas con lágrimas,
ni de dolores ocultos detrás de un telón.
Saldadas las cuentas,
no queda ni un trozo de cielo
que guardar en la memoria,
ni una caracola donde escuchar
el murmullo de las olas,
ni una miga de pan
que nos señale el camino de vuelta.
Saldadas las cuentas,
apago el último cigarrillo del día,
y me voy a dormir con las ventanas abiertas
 y con el sueño de poder ser—todavía—
un poco feliz.

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