Gracias a todos por vuestra mirada.

sábado, 23 de enero de 2010

Cara a cara

Al mirar mi cara en el espejo, es como si mirara a través de una sala entera de ellos. Como si el reflejo contuviera diversos rostros. Cada uno me devuelve una imagen diferente. Unos recuerdan a la niña que debía ser. Unas veces con coletas, otras con trenzas trenzadas con infinita paciencia. La niña que debía ser perfecta, y cumplía con todos sus deberes y quehaceres. La niña pulcra que iba a la escuela, puntual y temerosa de las monjas con túnica y con toca. Otros me recuerdan la pueril mujercita que veía cómo se insinuaban sus primeras curvas, y se sentía orgullosa. Como si desde ese momento supiera, que Dios le concedería el don de ser una mujer. Todavía a lo lejos, emerge alguien que se parece bastante a la que está frente a la luna de su alcoba. Con unas pocas menos de arrugas alrededor de las comisuras de los ojos y de la boca. El pelo con algo más de brillo, el pecho con menos gravedad que ahora. Si miro un poco más detenido, veo sombras alrededor mío. Sombras que apenas distingo y sin embargo me rodean.

Fijo la mirada en ese espejo en el que me miro cada noche antes de dar por acabado el día, y me pregunto si esas sombras que aún veo, son las mismas de entonces o son otras. Y antes de retirarme a soñar, trato de ponerles nombre, y parece que se multiplicaran, como si me encontrara atrapada en un laberinto de espejos de cualquier parque de atracciones sin poder encontrar la salida.

33 comentarios:

silvia zappia dijo...

la salida
está
atravesando
el
espejo*



mil besos*

José Manuel Beltrán dijo...

No son sombras, son reflejos de nuestros pasos por esta vida. Porque, ¿qué importancia tienen las arrugas; las canas del pelo; y la menor gravedad de muchas partes de nuestro cuerpo?. Ninguna, cuando nos seguimos manteniendo vivos y aferrados a nuestros bellos recuerdos.

No es un espejo, eres tú misma con adornos diferentes.
Un beso enorme, ciudadana prima.

Galeón dijo...

Siempre romántica, reflexiva e introspectiva y profunda como el reflejo de la luna sobre el agua marina.

Linda manera de describir los doscientos mil trillones de segundos vitales que te conforman.

Uno no puede huir de sí mismo, es lo es, sigues siendo la niña de las coletas pero afectada por la edad, hasta que un día al cruzar por delante de un espejo te parezca haber visto a tu madre, supongo que es el día en que nos damos cuenta que nos hacemos mayores.

Quizá esas sombras no sean sino trozos de cristal del juego de espejos rotos en los mil pedazos de que se conforma tu vida, un laberinto de sueños y realidades que alguién forjó a tu imagen y semejanza: La que te mira cada día desde el otro lado del espejo.

A mi me gusta mirarme en tu espejo: este blog (tu antología a través también de un cristal que nos deja ver tu imagen). Y a veces, he de confesarte, que también me veo a mí mismo. Cosas del juego de luces y sombras en el que vivimos inmersos. Y que en más de una ocasión me han llevado a verme "reflejado en tu piel".

Espero que este viejo candil, afectado por el salitre, siga dando cobijo a tu aceite, para que no se apague la llama que nos da calor a todos los que te rodeamos. Desde lo alto de esta torre, rodeadada de cóncavos espejos que reflejan la luz para guía de las navegantes del alma, como vos.

El farero.

MarianGardi dijo...

Hola, paso a verte cielo;
Bonito relato de aquella niña que llebamos en el interior.
Un beso

Vergónides de Coock dijo...

Eso de estar usando espejos y mirarse cara a cara con su verdadero yo lo recomiendo, para evitar eso deberían vender "espejos de Dorian Gray"; de esta manera el reflejo que vemos no sería el verdadero sino el que quisieramos ver. Suerte.

Jesús Arroyo dijo...

Hooola:
¿Sabes? sigue mirándote cada noche y que el espejo siga indicando ayeres y presentes. Traza un lazo entre ambos, siempre miran al mañana.
Besos.

Anónimo dijo...

Qué bonito. Y qué sugerente. Cuántos yoes...

Una vez leí un libro en el que una persona se colocaba en el centro de una sala sin mueble alguno, rodeada y cerrada (por los lados, arriba y abajo) por un montón de espejos que reflejaban muchas veces su figura. Mirase a donde mirase, allí estaba ella.

Cuando salió de la sala (la puerta también era un espejo) se quedó pensando en qué sería lo que reflejaban ahora los espejos. Todos mirándose unos a otros.

Se trataba tan sólo de una llamada a la lógica, dado que no tenía forma de comprobarlo, ahora que no había nada ni nadie en la habitación.

¿Tú que piensas que reflejarían los espejos?

Un beso, amiga.

Marisa Peña dijo...

Me encanta que te mires al espejo y nos dejes todas esas imágenes tuyas para paladearlas.Mírate y reconócete, mi bella amiga.Te quiero, guapa.

Fernando dijo...

entonces es el momento de no
sentir miedo..eres tú ante todo loq eu llevas dentro...besos.

carmen jiménez dijo...

Rayuela: He sentido tu respuesta como una brisa fresca que mueve el calor asfixiante de una tarde de verano. Como esa brisa que mueve las hojas a penas un instante en medio de la quietud y las miras tiernas, sujetas a sus ramas, y sabes que están vivas.
Gracias por tu sensibilidad.
Un beso.

José Manuel: Ya te echaba de menos. Tienes razón. No importan las arrugas, ni las canas, ni la gravedad cuando estás vivo. Son ellas, precisamente las que nos recuerdan que seguimos proyectando reflejos, son con las que contamos para poder seguir elaborando recuerdos.
Me alegra que nos hayamos encontrado en esta ciudad virtual tan real como nuestras respectivas ciudadas tridimensionales. Aún así, espero que crucemos la línea de la geografía tradicional.
Un beso para ti y todos los tuyos.

carmen jiménez dijo...

Galeón: Mi farero. Tus palabras siempre suenan a poesía pura. A esa que se cuela por los poros y va calando como la lluvia fina.
A veces asusta no saber a qué lado está la que mira al espejo. Espero que nunca se agote el aceite de tu candil, para que puedas seguir dando luz a todos los navegantes del alma cuando se pierden en la inmensidad del océano.
Un beso desde el otro lado del espejo.

carmen jiménez dijo...

Marian: Un placer recibir tu visita y poder seguir compartiendo poesía.
Besos.

Basurero Usurero: Lo primero bienvenido a este rincón del mundo. Desde luego, no valen los espejos con truco, aunque bien es cierto que a veces sólo vemos lo que queremos ver, por muchas caras diferentes que nos muestren. Tal vez ahí nos reconocemos, pero tal vez no seamos lo que vemos o lo que ven, sino lo que verdaderamente somos capaces de hacer y/o sentir.
Un saludo.

carmen jiménez dijo...

Jesús: Un comentario lleno de sabiduría el tuyo. De sabiduría y de esperanza. Quizá esa sea la única línea válida.
Gracias por tu mirada.
Un beso.

Codorniú: Tu pregunta sí que es sugerente. La lógica parece querer unirse con esa nada que uno/a puede llegar a sentirse. Tal vez tras el último espejo, tras esa puerta que cerraba la sala de espejos, se quedara encerrada esa nada. Tal vez, se quedaran allí todas las imágenes reconciliándose unas con otras o peléandose a brazo partido, como si fueran seres independientes a nosotros/as. Tal vez, saliese de allí el individuo después de integrar todas en una. Yo no he leído ese libro, pero sé que no era la última puerta, que siempre habrá más espejos en los que mirarse, a veces basta con hacerlo en la pared de un vaso.
Gracias por esta reflexión tuya.
Un beso Pepe.

carmen jiménez dijo...

Marisa: Quizá parezca pedante, pero uno de los espejos más bonitos en los que me he mirado, ha sido el de tus ojos.
Gracias por esa mirada tuya, y por ese reflejo.
Un besazo.


Fernando: Siempre el miedo. El miedo detrás de cada imagen. Ya va siendo hora de reconocerse ¿verdad?
Besos y hasta muy pronto.

LSz. dijo...

Allá, en el espejo hay otra puesta en abismo, y otra, y otra.

Saludos.

Unknown dijo...

Media luna querida.
Lo mejor del asunto es que de nada sirve detenerse en un espejo porque siempre habrá nuevos, y la gracia está entonces en la comprensión de los viejos y el disfrute de los nuevos... cara a cara.
Beso ultramarino.

carmen jiménez dijo...

Luis: Gracias por tus ánimos, jeje. La verdad es que mi intuición ya me decía que no me libraría tan fácilmente de esos espejitos...
Saludos.

carmen jiménez dijo...

Daniel: Leo tu nombre y sólo puedo pensar en un Daniel ultramarino. En uno que sabe de lo que habla. Lo que pasa es que, justo donde está la gracia del asunto, está la desgracia. "La comprensión de los viejos." Supongo que hasta ese momento, no se puede disfrutar de los nuevos.
Un auténtico placer tu visita.

Jorge Torres Daudet dijo...

Carmen ...¿me permites?

"...Las piernas, cual columnas,
sustentan esa figura monumental, bella.
Al espejo, negro de azogue, negro
de ver ese cuerpo,
de ser espejo le da tristeza...que... ser hombre,
seguro, él prefiera en esos momentos..."

De mi poema "La mujer y el espejo"
Espero no te haya molestado esta invasión.
Un abrazo.

carmen jiménez dijo...

Jorge: Bienvenido a este rincón. Lejos de molestarme, agradezco esta mirada tuya que me da la oportunidad de conocer tu poesía.
Ha sido un placer poder leer completo el poema y descubrir la tristeza de ese espejo.
Con tu permiso te agrego a "mis otros mundos".
Saludos y gracias por esta invasión de tus versos.

Anónimo dijo...

Una mirada al yo interno... Y buscando la salida.

Muy interesante.

Un placer leerte.
Saludos.

Jorge Torres Daudet dijo...

Media luna, muchas gracias por tu hospitalidad.
Un beso.

Jorge Torres Daudet dijo...

Media luna, muchas gracias por tu hospitalidad.
Un beso.

N dijo...

Muy lindo volver a leerte ML. Muy lindo volver a imaginar tus letras.

Abrazo.

© José A. Socorro-Noray dijo...

No miramos al espejo
y siempre encontramos
a alguno de nosotros,
son tantos nosotros
los que nos habitan
el alma y la piel
que cuando nos miramos
al espejo de la vida
nos vemos en el laberinto
de un caleidoscopio
de nosotros mismos.


Un abrazo

Susana Peiró dijo...

Somos todas ellas Querida Amiga, y a la vez... el caleidoscopio que las refleja.

Y somos también afortunadas, cuando podemos convivir en paz con aquellas que fuimos.

¿También colegio católico? Jajajajajá! nuestras directoras espirituales debieron parecerse mucho!

Besazo mi Guapa y Talentosa Escritora!

carmen jiménez dijo...

Salvador: Un privilegio tu mirada.
Saludos.

Jorge: Lo dicho, estás en tu casa y será un placer compartir miradas contigo.
Un abrazo.

Canela: Gracias por tu visita. Sería maravilloso ver tu interpretación a mi texto dibujado por tu mano. El próximo año, creo que se hará en mi pueblecito una conjunción entre poesía y pintura. Serías un candidato perfecto.
Besos.

carmen jiménez dijo...

Noray: Qué lujo ver mi texto traducido a poesía. Maravilloso. Gracias por esa marida caleidoscópica.
Besos.

Susana: ¡Qué bonita palabra esa del caleidoscopio! Qué linda coincidencia con Noray. Supongo que una ha de reconciliarse con todas aquellas que nunca hubiera querido ser, con las que perdieron, con las que sufrieron, con las que pecaron, jeje (vena católica), con las menos agraciadas...Incluso con las más desconocidas.
Paz y amor amiga Susana.
Y un beso.

Anónimo dijo...

yo también he visto esa imagen cara a cara, no la mía, sino la que describes, y a mí esa mujer me ha encantado

Maria Luisa dijo...

media luna-

Precioso texto, evocador...
lo que éramos y lo que somos.
Pero todas, todas en cada faceta "somos nosotras"
Las sombras de las miradas no las podemos apartar de nuestra memoria.
Nos acompañan siempre.

Besicos.

carmen jiménez dijo...

Santiago: Eso es que me miras con buenos ojos.
Un placer verme reflejada también en tu mirada.
Besos.

María Luisa: Lo que éramos, lo que somos,irán configurando lo que seremos.
A veces hay que arrojar luz a las sombras para poderlas ver mejor.
Muchos besos.

FLACA dijo...

¡Qué magia la de los espejos!... ¡Cómo necesitamos encontrarnos, solos, en la intimidad más íntima, en esa mirada de nosotros mismos que nos devuelve el espejo!
En ese espacio existente entre nosotros y el espejo está toda nuestra propia historia, con las hermosuras y las catástrofes.Una mirada atenta al espejo sé que siempre nos devuelve lo esencial de nuestra vida.
Yo también me miro en el espejo de mi cuarto, es una forma de reconocerme, y no sabés cuánto me cuesta.

Me deja pensando tu texto, mucho.
Mientras tanto me voy al espejo a ver si encuentro las respuestas.

Un caluroso abrazo desde este hemisferio sur. Siempre es un gusto leerte y encontrarte.

Gregorio Omar Vainberg dijo...

La salida es continuar mirandose al espejo cada noche y reconocerse en ese que nos mira y nos pregunta
Y?????

Un abrazo