“Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y
todo el día!”
-Oliverio Girondo-
Llora mujer, llóralo todo,
no dejes ni una lágrima en el tintero.
Llora a tu padre y a tu madre
y a los hijos que crecieron
dejando atrás tu juventud.
Llora sin más consuelo que llorarlo todo;
el pecado
original,
los finales sin tregua
el espejo empeñado en mostrar tus vergüenzas
sin ningun pudor ni consideración.
Llora a la luna que olvidó acudir a su cita,
a la tierra muerta bajo tus pies
a la sangre saliendo por tus venas
al amigo que se fue para no volver.
Llora
también la injusticia en el mundo,
las trenzas mancilladas,
los monstruos que
asaltan los sueños
hasta hacerlos desaparecer.
Llora ahora que nadie te mira,
que nadie puede escuchar tu llanto
ahora que todos se han ido
que ya no tienes
que disimular que todo va perfecto
que la esperanza es lo último que se pierde
cuando ya la has perdido.
Llora tus fracasos hasta convertirlos en victoria
y
las victorias que cantaste sin haber motivo.
Llora cuanto quieras, te has ganado
ese derecho.
1 comentario:
Llorar es a veces, lo único que parece quedarnos. Pero tras llorar, solemos verlo todo mucho más claro.
Un abrazo enorme, preciosa.
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