Gracias a todos por vuestra mirada.

jueves, 17 de junio de 2010

Conversión. I Parte.

Forjaste los primeros versos
que dieron forma a mi memoria.
Te repetía cada noche como una letanía
con mis dedos cruzados,
como se repite un rosario.

Me parecías entonces un niño
casi tan desvalido como yo
y casi tan poderoso como Dios.

No en vano, eras su Hijo
y estabas destino a heredar el Cielo.

Éramos casi amigos.
 Mi madre siempre me decía:
“Cuando te metas en líos
llama al Jesusito.”

Entonces yo te llamaba desde mi memoria,
y rezaba aquellos primeros versos,
y  me sentía menos desvalida, menos sola.
Porque tu obligación era cuidarme
y no desampararme ni de noche ni de día.

Yo a cambio, te daba los domingos
como quien intercambia canicas.
Mi obligación consistía en madrugar
y  seguir aprendiendo letanías
que seguían forjando mi memoria.

Requerías también otros sacrificios:
ayuno voluntario en la cuaresma,
no pelear con otros niños,
obedecer sin rechistar,
no robar fruta
ni contar mentiras.

Nada comparable con tu corazón
sangrando entre tus manos
colgado del almanaque,
o tu cuerpo clavado de una cruz
sobre la cama de mis padres.

Toda esa sangre derramada,
bien merecía ayunar todos los días,
y en primavera, cuando mayo florece,
reunir todas las flores, y en un cesto,
llevarlas ante el altar de tu madre
llorando tu muerte.

¡Cómo pensar siquiera, en disfrutar
de un bombón de chocolate
recordando a cada rato a los niños
de África muriéndose de hambre!
Yo seguía rezando  en un intento
de convertirme en santa,
por todos esos niños del mundo
que no tenían mi suerte,
y en un rinconcito de mi alma
escondido a modo de secreto,
o de pecado casi, también rezaba por los míos
y por mi.

Luego me hice mayor.
y  te convertiste en hombre.




18 comentarios:

Anónimo dijo...

hay que ser cristos nuevos en un nuevo amor

carmen jiménez dijo...

Santiago: Me estaba todavía peleando con la edición de mi primera conversión cuando he leído tu comentario. Por cierto, muy acertado.
Nos vemos.

Jesús Arroyo dijo...

Carmen:
El nombre hace mucho, jeje.
Bueno, ahora en serio; me pasaba lo mismo y unos meses entre religiosos fueron suficientes para dejar de rezarle, para dejar de comprenderle, para dejar de creerle.
Lo curioso de todo esto es que seguimos señalándole como si estuvira presente.
Así será la vida...
Besazos, guapi.

carmen jiménez dijo...

Jesús: Fuimos muchos los que conocimos a Jesús (el otro) através de los bien llamados religiosos, pero te aseguro que cuando le conoces de tú a tú, es un Hombre magnífico.
Un día te lo presento. De veras que está presente.
Un beso.

silvia zappia dijo...

afortunadamente es hombre

besos*

Fernando dijo...

no sé, tal vez siendo ateo te den otras pistas...

besos de verano.

Conchi dijo...

Carmen mi niña, si lo encontraste hecho hombre,¡por dios! quedatelo, ni te lo pienses.
Ahora en serio,interpretando texualmente tu escrito, he de decirte que fuimos muchos-as los que creímos(que remedio)en ese dios hombre, era el ejeplo perfecto el daba todo, nosotros apenas nuestra vida,creo que con el tiempo el dios se hizo hombre y.... en fin, la carne es la carne.
¿Que tal estas? espero que bien disfrutando de esta loca primavera.
Un abrazo

Miguel Ángel Yusta. dijo...

Los dos versos finales son el contrapunto maravilloso a un poema excepciona. Creces y creces...poeta. Un beso.

Jesús Arroyo dijo...

Presentame al guerrilero,
al que acacricia mejillas,
al luchador por justicia,
pero no al justiciero.

Lembranza dijo...

Sin despreciar al Jesús de los cielos, prefiero el Jesús hombre, ese con el que puedes hablar de tu a tu, que te responde al momento, que puedes mirarle a la cara y ver si le gusta lo que le dices, si es amor lo que te dicen sus ojos, si su sonrisa es de verdad.
Hay una cosa cierta, cuantos Jesuses hay por el mundooo. Un abrazo Carmen

FLACA dijo...

No voy a opinar porque no soy creyente. De todas maneras me gusta muchó más ese Jesús que encontraste al final y que está mucho más de acuerdo con aquello de que "Dios es amor".
Un beso, Carmen.

ROCIO dijo...

que bonito anda el blog, veo que lo acicalaste, es que ya lo decoramos divino.

Me ha gustado mucho tu entrada y todo depende de si uno cree o no, sin duda casi todos fuimos educados en la religión y luego elegimos, creo que "el hombre" el cercano nos presta una ayuda estupenda y yo en el otro también creo porque sino no daría explicación a muchas cosas que me han sucedido y de las que he salido casi ilesa.

Un beso y un abrazo gigantesco.

Rocío

carmen jiménez dijo...

Rayuela: Siempre que veo tu fotografía me invade una ternura infinita. Afortunadamente fue, es y será hombre.
Besos mil

Fernando: Hay muchas pistas, es sólo cuestión de seguirlas.
Besos de verano que todavía llegaremos a tiempo de darnos en septiembre. Aunque sea en Alcalá, será en Madrid.

Conchi: Me lo quedé, me lo quedé.¡Qué bien encontrarte por aquí!
Sin duda, Él, el hombre es el mejor ejemplo a seguir. Y ya la primavera se hizo verano y espero por fin disfrutar de su calor.
Un beso.

Miguel Ángel: Ya sabes lo importante que es tu mirada para mi. Gracias por dejarla plasmada.
Un beso fuerte.

Jesús: A ver si es verdad que sacamos un rato y te presento a ese guerrilero que tanto luchó por la justicia sin más armamento que su palabra. Al menos en eso nos parecemos.
Un beso.

Nunci amiga: Desde luego lo que no te puedo discutir es la de jesuses que hay por este mundo...
Ya seguiremos.
Un besazo.

Flaca: Creyente o no, todas las opiniones cuentan. Pero tienes razón en que mi descubrimiento me acercó mucho más a ese Dios hecho hombre.
No es desde luego un debate que pueda producirse en este limitado espacio.
Te mando un beso de corazón.

Rocío: ¡Por fin alguien que se da cuenta de mi cambio!
Ya sabía yo que esta entrada te iba a gustar un poco más que el resto.
También sé que tu fuerza interior te salva.
Un beso grande.

Marisa Peña dijo...

Carmen: una buena carga de profundidad, sí señor.te ha quedado redondo.un besazo

Galeón dijo...

Veo que algo de tártaro (y espero que algo de música) quedó en el poso de tu corazón, aunque apurases la copa, de ahí el nuevo color de tu página, el de tu tierra: muy acertado.

Cúmulo de experiencias que nos conforman y nos deben engrandecer y llevar a saber que el Dios de cada uno vive en su propia espiritualidad, no reparte títulos, ni lleva báculo, ni bonete. La comunión es siempre interior, se excomulgan solos los que no han sabido madurar a un tiempo, y se agrían en el camino, por no haber sabido fermentar a un tiempo, ni separar la brisa del mosto.

Filtrada, brillante, aterciopelada y transparente, levanto mi copa al cielo que empequeñece todas las distancias y brindo por vos.

carmen jiménez dijo...

Marisa amiga: Gracias. Mis versos no logran encontrar la métafora...Pero me alegra que lleguen con la profundidad justa con la que escribo.
Mi abrazo.

Galeón: Sólo por leer comentarios como el tuyo, merece la pena seguir escribiendo.
Un beso con mi copa también levantada.
¡Va por ti!

Goliardo dijo...

Igual que la Flaca no soy creyente. Igual que tú, le rezaba de niño con fervor y esperanza. Igual que tantos, me encantaría que fuera realidad. Jesús es una personaje maravilloso, que a veces tiene muy malos agentes de prensa y pésimos guionistas. El tuyo me recuerda al más puro, al que soñé de niño, y es seguro que está más cerca de mi corazón.
Hermosas palabras, querida amiga.

Unknown dijo...

Un maravilloso poema y digno de quien te ha inspirado. Me ha encantado la forma en que has combinado tu fe y la poesia.
Te felicito