Gracias a todos por vuestra mirada.

martes, 12 de febrero de 2013

Rehén


No recuerdo ya el mes ni el año
-siempre es ayer-
Cuando la muerte derribó
 la puerta de mi casa de un portazo.
Ni siquiera tuvo la decencia
de apretar el gatillo y matarme de un disparo.

Me hizo su rehén
me robó el cielo de los ojos,
los besos de los labios,
las caricias de la piel.

Llenó mi boca de silencios
me ató las manos a la espalda
cortó mis alas de un tajo,
y ancló al suelo mis pies.

Atrás quedaron los paseos por la luna
la luz naranja del amanecer,
las risas cómplices de madrugada
y los sueños que soñé una vez.

Se hizo la dueña de todo cuanto amaba.
Me privó del llanto
licuó mi sangre hasta convertirla en agua,
confiscó mis deseos más recónditos,
y me negó hasta el derecho
a morirme del todo.

12 comentarios:

maria varu dijo...

rehenes todos los ayeres que nos ata a lo vivido... pero que sería de nuestro hoy, sin ese ayer?

Carmen, besos ya cercanos :)

La Solateras dijo...

Te lo he dicho en FB pero te lo digo aquí también. Es un poema hermosísimo en su desgarro.

Un abrazo fuerte

carmen jiménez dijo...

María querida, qué ilusión encontrarte entre mis letras del hoy. Ya queda poquito para encontrarnos de nuevo.
Besos adelantados.

Ana, gracias siempre por estar ahí, y compartir estas miradas que tanto duelen.
Un abrazo que ya tengo ganas de poder dártelo en vivo y en directo.
Nos vemos pronto.

doble visión dijo...

Si al final de cuentas siempre somos rehenes de algo... lo otro sería volar.

Beso

Nelken Rot dijo...

Es un gran poema que duele.
Ojalá haya distancia entre la poeta y la persona y que esos ojos azules recuperen la luna de luz naranja.

un abrazo enorme

carmen jiménez dijo...

Marcelo: Yo quiero lo otro. Volar, volar, volar...aunque sea con las alas recortadas.
Un beso

Vera amiga: A veces ni yo misma sé distinguir quién es quién, si es que no somos la misma cosa. ¡Qué bonitos serían unos ojos color luna anaranjada!
Gracias por tu mirada.
Un besazo

Rosa dijo...

Bonito y desgarrador poema Carmen, pero siempre nos quedará volar, como bien dices. Ya sabes que todo es cuestión de creer.

Un abrazo cielo.

carmen jiménez dijo...

Rosa: A veces creo que también me robó la fe. Tendré que seguir esperando a que me nazcan alas nuevas.
De momento, un abrazo con mis dos brazos.

astaghfirullah dijo...

al menos podemos confesar que hemos vivido, que conocemos esos amaneceres y que los echamos de menos. Porque ya vamos comprendiendo lo que realmente queremos.

Besos grandes

carmen jiménez dijo...

Así es José Ángel: Cuando has tocado el cielo con las manos, ya no te conformas con menos
Un abrazo.

Laura Caro Pardo dijo...

Qué forma más bonita de expresar el dolor.

Ya cambiarán las cosas... Escaparás, sin duda, no muy tarde.
Y te saldrán alas nuevas y firmes, nacidas del deseo durante el cautiverio...
Y se colará el aire de la vida por una rendijita de tu puerta, que te dará las fuerzas que hacen falta para fundir al paso los barrotes...

Te quiero, Carmen.
Un abrazo.

carmen jiménez dijo...

Mi dulce Laura: A veces creo que tanto tiempo en cautiverio ha conseguido que desarrolle el síndrome de Estocolmo...
Un beso de esos que escapan a través de los barrotes.