Esta noche,
como tantas otras noches,
volveré a
morder mis palabras mientras ceno
y trataré de
tragarlas con un vaso de vino
para no vomitarlas
sobre el plato.
Luego tomaré
sal de frutas en un intento vano
de conciliar
el sueño, mientras siguen dando vueltas
en la boca de
mi estómago
incapaces de
decir lo que saben que han de decir
tarde o
temprano.
Pero ellas
se atrincheran sabedoras
que una vez
que el enemigo las escuche
disparará
contra ellas todos sus misiles
y destruirán
sin remedio aquellas que sin culpa
dibujaban
como niños arco iris
ajenas a los
daños colaterales que la realidad destruye.
8 comentarios:
Pues si el de Jesús es complejo, este no se queda atrás, Carmen.
Y también intenso y revelador, qué duda cabe!.
Pero hermoso, como todo lo que escribes desde hace tiempo.
Un beso.
Dificilito, sí. El poema y la decisión de que las palabras digan lo que tienen que decir.
Besitos
Al igual que tu poema, mejor soltar esas palabras, no sea que al final se queden huérfanas de oído.
Besitos, Carmen.
Manuel: revelador y complejo son dos asociaciones interesantes. La vida misma es compleja y reveladora.
Gracias por tus palabras.
Ana: Difícil sí. Muy difícil.
Un abrazo.
Jesús: ¡Qué triste es la orfandad!
Abrazos.
Hacía tiempo que no entraba en los blogs y me encuentro este buenísimo poema que me ha encantado, Carmen. Muy buena la última estrofa.
Un beso y perdona el retraso en comentar.
Nines: Me alegra que te haya llegado.
Gracias por tu mirada.
Un beso.
Ahogar las palabras en un vaso de vino, cierra la muralla. Despertar de la nostalgia de ti mismo, abre la muralla.
Galeón: Te haré caso y ahogaré las palabras en el mar. Será más seguro, y así de paso me doy un bañito para contrarrestar la nostalgia.
Gracias por el consejo.
Un beso con todas las letras.
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