Gracias a todos por vuestra mirada.

miércoles, 16 de mayo de 2018

Un alto en el camino.

Hoy es de esos días en los que echo de menos la sensación aquella de escribir un poema con las tripas y vomitarlo en un papel en blanco, que luego se convertiría en una reunión de amigos. Durante años, supe el nombre y el apellido de todos ellos. Su fecha de nacimiento, sus inquietudes recientes y no tan recientes. Echo de menos, este espacio en blanco que como un  milagro se convirtió en una ventana de futuro, en un campo de flores donde las semillas germinaban y perdonadme la cursilería. Echo de menos la comodidad de estar entre vosotros, de casi sentir el sabor del mate mientras celebramos habernos conocido. Sueños que parecía que un día se convertirían en realidad. Instantes fugaces que parecían eternos. Eso debe ser la esperanza. La que ya no tengo. Y sin embargo aquí estoy, compartiendo un poema sin filtros ni cartón. Eso debe ser la amistad, aunque es de justicia decir que cada día son menos los amigos. Como si a cada paso, la amistad por la que darías la vida, tan sólo es una llamada, cuando más. Cuando menos, silencio. El blog siempre fue para mí otro formato de pensamiento. Hoy casi nadie lo visita. Igual lo dejo aquí, en esta casa medio en ruinas, a la que de tanto en tanto, alguien visita, como la casa en mitad de la nada, cubierta de hierbajos,  y alguien un día decide entrar y echar un vistazo a sus habitaciones. Pero la vida sigue latiendo y me tomo un respiro y escribo un poema que también comparto con mis amigos de Facebook que haberlos haylos, como las meigas.
Descanso 

Decido tomarte un descanso
y contemplar la tormenta desde lejos,
desde ese lugar donde no importa
la oscuridad de afuera
sino la luz de dentro.
Decido tomarme un descanso
y sentir cómo respira mi corazón
al otro lado de la orilla
donde reina la paz y la concordia.
¡Pero cómo hacerlo
si cada vez que me alejo
siento su ausencia, su último tramo de vida
a la que se aferra a pesar de desear la muerte!
Cómo tomarse un descanso
cuando el corazón de tu padre late
con un oxígeno prestado
que tan sólo le insufla aire
para que su cuerpo maltrecho
siga vivo un día más.
Aún así, me tomo un descanso
y escribo este poema como un S.O S.
como la despedida que no se atreve
a decir adiós.
Aún así, quiero permanecer
en este suspiro donde reina
mi propio universo, y respirar.
Como el beso
que te cierra los ojos,
y no quisieras tener que abrirlos jamás.


3 comentarios:

ALMA DE MUJER. Amiga del SER. dijo...

Llega hondo todo lo que escribes, Carmen. Siempre tan personal y a flor de piel. Con voz desgarradora o amante. Siempre llegando al corazón. Que tu inspiración siga fuerte, como deseo que sigas tú, haciendo frente a la vida y... RESPIRANDO...
Dely 💕

Angulos dijo...

Los blogs ... a mí me gustan mucho más que el FB y de hecho estoy volviendo a ellos y la muestra es que aquí estoy.

Carmen tomaté de vez en cuando un respiro como este y dejanos tus sentimientos hechos palabras para que podamos sentir contigo.

Como siempre tus poemas tocan lo más sensible que hay en las persoans .
Un fuerte abrazo y ánimo.

carmen jiménez dijo...

Gracias amigas. Es un lujo haberos conocido en esta precisa etapa de mi vida. Un abrazo a las dos.