Gracias a todos por vuestra mirada.

viernes, 6 de febrero de 2009

Por los jardines blancos

En la sala de visitas te presto mis recuerdos. En tus ojos veo el olvido de tu vida, el olvido de la mía. Recorremos los jardines blancos repasando el pasado. Hacemos recuento de los años que has vivido, de los hijos que has tenido, de los nietos que no ves y yo te engaño, porque por algo el tiempo es ahora tu aliado. Toco tus pendientes de coral y te cuento su historia una vez más. Te sujeto por el brazo y noto tu peso flotante y te digo: “cuidado, levanta el pie no vayas a tropezar”. Y regresamos haciendo el mismo recorrido, y me haces las preguntas de siempre y yo te respondo con mentiras para disfrutar de tu sonrisa. Para avivar tu memoria hablamos de fechas y nombres. Pronuncias insegura el mío con una sonrisa incierta que a mi me parece cómplice. Y entonces…Entonces suena la hora, y vuelves a sonreír ausente. Miras el reloj como si cada minuto contara, como si temieras despedirte para siempre. Tu memoria te abandona, a mí, la mía me duele. Te beso de repente en tu carita llena de surcos vivientes, y me sabe a los besos de la mujer que has sido siempre.

28 comentarios:

andal13 dijo...

Me he quedado profundamente conmovida por este texto... ¿Cuántas veces más habré de mirar el reloj antes de que sea yo la que pasea junto a ella por los jardines blancos de la memoria?
¿Y cuántas veces más habré de mirar el reloj antes que sea yo misma la que se pierda por esos jardines?

carmen jiménez dijo...

Andrea: Espero que nunca hayas de perderte por ninguno de esos jardines blancos. Pero si paseas algún día por ellos, deseo que de tu brazo lleves colgado el amor. Él es el único que puede salvar a nuestra memoria del olvido.
La verdad es que hoy yo estoy ya muy conmovida.
Gracias por tu compañía en este momento.
Un abrazo.

Isabel Mercadé dijo...

Primero me ha impresionado tu hermoso texto y después el comentario de Andal13 y ahora no sé qué más decir. Miro con frecuencia el reloj y también con frecuencia pienso en el pasado y veo como el presente se agota.
Un beso, Carmen.

carmen jiménez dijo...

Querida Bel: El presente es inagotable hasta que se agota. Tampoco yo sé muy bien qué decir. El pasado es lo más auténticamente nuestro que tenemos. El futuro está por venir y supongo que como dice John Lennon: "El presente es éso que pasa mientras hacemos planes" o miramos el reloj.
Un beso grande, y gracias por tu compañía a ti también.

Anónimo dijo...

Querida amiga. Tus letras están hilvanadas de sentimiento. Te diré que me he metido dentro del texto, que me has llegado.

Ciertamente, si a alguno nos llega esa hora, ojalá haya alguien muy cercano para que nuestra mano no encuentre otro vacío.

Marisa Peña dijo...

Carmen, cuánta belleza y cuánto sentimiento...Al final la memoria es lo único que nos queda y el amor de los que un día amamos y nuestra memoria viviendo en ellos para salvarnos de los jardines blancos. Un abrazo muy grande, mi amiga de ojos bellos y alma inabarcable.

carmen jiménez dijo...

Ojalá Pepe, nunca nos toque perder la memoria aunque a veces es un consuelo. Pero sea como sea, ojalá haya siempre una mano amiga a nuestro lado.
Un verdadero placer tu visita.
Un abrazo.

Ay Marisa! Es precisamente la memoria el mejor legado. En ella está puesta toda mi alma y al revés.
Gracias a ti por tu mirada tan generosa.
Un beso.

JUAN JES dijo...

Eso es amor

carmen jiménez dijo...

Cierto Juan. Hay amores de muchas clases.
Un placer encontrarte por estos rumbos.

malva dijo...

Qué bonito!! La memoria como lugar para perderse cuando el calendario es un espejo que no perdona el tiempo perdido. La memoria como lugar de absoluta anarquía para buscarse y descubrirse pequeña.

Maria Luisa dijo...

He vivido de cerca y he acompañado a personas queridas por esos jardines blancos.
Te miran y ya no te conocen, les hablas y sonríen con esa sonrisa de no entender, sin embargo les acaricias las manos y sienten, las besas y sonríen de "de felicidad, a su manera"
Me gustaría si alguna vez me pierdo en esos "jardines blancos" que me acompañaran aunque sea solo un poquito.

Precioso. Triste. Esperanzador.
Un beso.

carmen jiménez dijo...

Malva: Bienvenida a mi rincón. Es un placer compartir miradas frescas. "La memoria como lugar de absoluta anarquía" ¡Me encantó! Como dice una amiga mía:) Los textos se enriquecen con los comentarios. No me olvidaré de visitarte.
Saludos.

María Luisa: Esperanzador es un calificativo precioso para estos jardines blancos en los que uno se pierde como si fueran un laberinto.
Gracias por tu lectura y por tus palabras.
Un abrazo.

Marcelo Munch dijo...

Un jardín. Unas hojas que tejen figuras en el aire, que una brisa que susurra ternura, que las risas se tersan, que el futuro que cuando grande, que los pasos se hacen camino.
Miramos atrás, podremos reconocer aquel jardín que recordamos; podremos reconocer también que aún está bajo nuestros pies. Todo huele a brote cuando nunca has olvidado ese aroma de suave olivo.

Gracias por tu visita. Gracias por tus palabras. Gracias por tu ventana de suave acogida

Marta Fernández Olivera dijo...

Carmen; te felicito, es precioso y muy tierno, en mi familia ahora padecemos esta memoria blanca por parte de mi abuela, y es mas o menos como has descrito, ella no mira el relog, pero siempre esta pidiendo su abrigo y su bolso para ir a su casa, aunque este en ella, a veces soy su hermana, otras una desconocida, y otras vete a saber, y lo peor de todo es cuando esta memoria blanca tiene una pequeña linea de lucidez y es capaz de percibir todo lo que sucede, y te dice:-Que lastima nena, estar asi... esto creo que es lo mas doloroso, aunque mi memoria duela...
Un abrazo

carmen jiménez dijo...

Marcelo: Es un placer recibirte en mi rincón y un placer leer tu mirada. Una mirada llena de poesía de la buena.
Gracias a ti por tu visita y gracias por enriquecerme con ella.
Un abrazo.

Marta: Siempre es doloroso ver cómo la memoria va abandonando al recuerdo y sin embargo es el mayor consuelo a veces.
Un abrazo fuerte para ti y para tu abuela.
Besos

Lembranza dijo...

Animo Mari, se que son momentos duros para ti. Ya sabes que tienes todo mi apoyo. Recuardala en el pasado, cuando estes con ella ahora, en el presente, y dale mucho cariño. Besos

campesina dijo...

llegué por el blog de Marcelo y me perdí en este texto, y me dieron ganas de quedarme hablando con ella de mi madre, seguro que conoció a mi madre, pensé.
bello y triste

Sophie dijo...

Suenan tristes estos jardines blancos. No estoy todavía lista para ellos.

Escribís bonito.

Hasta pronto.

FLACA dijo...

Qué manera más bella de contar eso que a mí me causa terror: perder la memoria, no saber quién soy. Si un día estuviera en esa situación quisiera justamente eso, que Él me paseara por esos blancos jardines. Un beso.

William Alexander López dijo...

Ese es el verdadero amor, cuando el tiempo ha dejado huellas irreparables y apesar de todo extiende su brazo para dirigir sus pasos.


Abrazos

Angeles Fernangómez dijo...

Es una especial ternura de relato que bien puede ser poema.
Un abrazo

carmen jiménez dijo...

A todos, mis disculpas por no responder antes. Tengo una lesión que me impide escribir seguidito. Y a todos, gracias por compartir esta mirada.

Gracias Nunci. Sé que cuento contigo. Me lo demuestras cada día.

Campesina: Bienvenida. Ha sido un placer descubrir tu blog con tu visita.
Y no sé si se conocería a tu madre, pero estoy segura que si se vieran se reconocerían. Gracias por compartir tu mirada.

Figche: Bienvenida tú también. Es un placer siempre compartir miradas distintas. Estoy contigo. Yo creo que nunca se está preparado. Ni siquiera con 279 años.
Seguiré visitando tu blog.

Flaca: ¡Qué terror! Sí. Pero qué hermoso confiar en ese Él.
Un beso a ti también.

William: Me encantó lo que dijiste. A veces alguien es capaz de mirar distinto y descubrirnos nuevos horizontes. Gracias por tus palabras.
Un abrazo.

Ángeles: Un placer recibirte en mi rincón. La verdad es que esta mirada nació de un poema.
Gracias por tu visita.

Gipsy dijo...

No sé si tengo el día tonto, o qué, pero se me han saltado las lágrimas.
Culpa tuya ;)

carmen jiménez dijo...

Gipsy: Un placer compartir tu mirada aunque sea con lágrimas. Bienvenido, y aquí estaremos siempre que lo desees. Te visitaré.
Un saludo.

Juanma dijo...

Querida mía, en primer lugar mis disculpas: tus dos últimas entradas han coincidido en fecha con el nacimiento de mi hija y, ya ves, enredado me pillaste.
Dicho lo cual, déjame que te diga que esta entrada me produce una emoción limpia, vivida, que me deja gran sabor de boca, o también tristeza, no sé, es muy rico el texto y da para tantas cosas...Benditas mentiras y, a pesar de todo, bendito paso del tiempo que ha maltratado la memoria, sí, pero ha dejado a una mujer muy guapa con esa "carita llena de surcos vivientes". En fin, una delicia.

Besos.

carmen jiménez dijo...

Querido Juanma: Nada de disculpas. Lo que me extraña es que todavía te quede tiempo. Gracias por dedicarme un momento y leerme. Y gracias por tus benditas palabras.
Un beso, y uno grandote para Adela.

tomitú dijo...

Carmen...es difícil separar esa imagen que tú pintas con tanta dulzura de alguien que se fue. Una abuela, un abuelo...a mi me tocan tus palabras en el corazón, porque lo de decirle adiós a la vida de a poquitos es un feo trago. No sé si para los que se despiden, o para los que se quedan...en cualquier caso, si son darditos que se clavan con ese tino, es porque está muy bien escrito, sin duda. Me pasearé por tus miradas íntimas más a menudo...desde aquel otro Planeta que compartimos...beso grande,
Conchi.

Galeón dijo...

Sencillamente precioso y profundo, sabes perfectamente de qué hablas y lo transmites con una dulzura infinita capaz de erizar la piel y de hacer subir la marea del lagrimal de quién lo entiende, porque conoce lo que se esconde tras esa puerta del olvido. Gracias, por endulzarme la mañana, con un poco de cariño para el corazón.

Te quiero.