Gracias a todos por vuestra mirada.

lunes, 3 de mayo de 2010

Pasado el tiempo...

Cómo pasado el tiempo
la tormenta se vuelve lluvia.
Gotas desvanecidas.

¡Cómo quisiera yo ahora
poder sentir una sola de ellas
mojando mi mejilla!

Cómo pasado el tiempo,
recogidos ya los frutos...
quisiera yo haber disfrutado
de la siembra.

Cómo el mar alborotado,
el mismo que forja acantilados
alisa rocas y derrocha olas,
se vuelve manso
y se desvanece en la orilla.

¡Cómo se desvanecen
los días alegres
en una alargada sombra…!

20 comentarios:

FLACA dijo...

Todo cambia. Por suerte, la naturaleza es cíclica.

Codorníu dijo...

Cambia y vuelve a cambiar, y así hasta el infinito -añado a lo de mi querida Flaca.

La experiencia nos dice que nada es definitivo, que todo es impermanente. Así es la realidad; aunque no lo parezca.

Las sorpresas nos asaltan de forma inesperada. A veces para mal. Otras, para que el agua vuelva a brincar subiendo los acantilados adornados de espuma.

Sabiendo esto, ¿cómo no echarnos unas risas en medio de la ausencia transitoria del momento?

Besos, amiga.

Jesús Arroyo dijo...

¿Te has fijado en las escaleras automáticas? El mismo escalón sube, el mismo escalón baja...
¡Eso sí! siempre hay alguna mota nueva (polvo, huella...)
Besos, guapi.

© José A. Socorro-Noray dijo...

Ya lo dijo de manera excelente el gran poeta y compositor chileno Julio Numhauser y que de forma magistral ha cantado Mercedes Sosa.

"Cambia lo superficial,
cambia también lo profundo,
cambia el modo de pensar,
cambia todo en este mundo."



Un beso.

Cesc dijo...

Como quisiera yo no descubrir cuando muera, que no he vivido!

Anónimo dijo...

el mar se hará volcán cuando el amor lo toque

hagámoslo, escribámoslo

silvia zappia dijo...

sombra de lo que fuimos?
si es así, hagamos brillar a la sombra!

mil besos*

Fernando dijo...

el tiempo y su edad..besos

Enrique Sabaté dijo...

A veces parece que no hemos participado en nada y sí lo hemos hecho, pero lo cierto es que nos gustaría hacerlo más.

carmen jiménez dijo...

Queridos todos:
Lo mejor de cada entrada es sentir que se va completando con cada una de vuestras aportaciones.
Supongo que no hay nada más natural que los ciclos de la naturaleza. Nuestros propios ciclos también. Saber como dice Pepe, que el agua puede volver a brincar y adornar con su espuma las sombras. Sentir que una mota de polvo puede incluso cambiar nuestra mirada, o como de forma magistral, Mercedes Sosa canta al mundo que cambia... Quizá debamos dar gracias a ello.
Yo os doy las gracias a todos por estar cambiando mi mundo.
A Cesc, que es casi nuevo entre nosotros, a Santiago Tena que es volcán, al brillo inconfundible de Rayuela, a Fernando y su saber, y a ti Enrique que me encanta encontrarte de nuevo.
Un beso a todos.

José Manuel Beltrán dijo...

No me importa la sombra,
ni la tormenta, con sus truenos y rayos.

Me importas tú, esperándome al otro lado de esa fina línea que separa la sombra y la luz.

Porque tú, por tí misma eres ola, roca, orilla, día y noche. Tú eres la forja que modela mi corazón.

Un besazo ciudadana prima.

Jorge Torres Daudet dijo...

Un bello poema, Carmen, pasado el tiempo, hasta las aristas de las rocas se desmoronan.
Un beso.

Galeón dijo...

Existen mil caminos, mil sendas extemporáneas, cada quien encontrará el suyo, si es capaz de escucharse a sí mismo.

No hay meta, la meta es recorrerlo.

No hay dos iguales, por mucho que los pocos que viven de la mayoría se empeñen en "adoctrinarnos", lo que les funciona en la mayoría de los casos.

Aunque también es verdad que hay quien tiene un corazón que late a diario, y quien lo tiene parado hace años.

Que nadie se interponga en el tuyo, rubita. Ya sabes que no llega antes el que más avanza, sino el que sabe a donde vá.

Nunca el pasado, estuvo tan presente.

Cuidaté.

carmen jiménez dijo...

José Manuel: Este es uno de esos comentarios que una quisiera retener en la memoria para volver a recordarlo pasado el tiempo, y sentir aunque sea por un momento la gota desvanecida de la tormenta, el fruto maduro de la siembra, la suave caricia de la ola. Son unos versos que dan luz a la sombra y hacen creer que el mar volverá a forjar imposibles acantilados.
Gracias por estas letras y espero que el tiempo se detenga un día de estos y llames a mi puerta.
Un beso a todos.

Jorge: Hasta las rocas más duras pueden convertirse en polvo. El tiempo es tan efímero...!
Un abrazo.

Galeón: Ya te echaba de menos. Es cierto eso que dices de los corazones que laten a diario, el mío late demasiado rápido, y otros parecen muertos. La verdad es que no me importaría que te interpusieras en mi camino y volver a contemplar juntos ese pasado mirando hacia el futuro. Mirar por encima de tus montes queridos, ese horizonte que nos indica el camino.
A veces me paro en mi carrera frenética por la vida y me pregunto a dónde voy tan corriendo...
Un besazo.

maria varu dijo...

Carmen... noto grandemente que hace tiempo no pasaba por tu blog!
lo más certero es que he hallado la luna entera (el nombre) y después por tu poema, me has dejado boquiabierta... dónde tenías tú la inspiración? por qué la guardabas con tanto anhelo? que rápida enlazado los versos y cuanta realidad en ellos... marcho silenciosa, medio muda... y feliz

Carmen, un besazo enorme

Susana Peiró dijo...

Los días alegres vuelven y con toda seguridad, también las tormentas. Creo -eso sí- que sentimos distinto, callos, capas de vida, asperezas y murallas en ruinas impiden ese contacto tan directo de los primeros tiempos.

Alegrías algo más mesuradas? Tormentas con paraguas? Algo parecido.Noooo, no me agrada, pero creo que sentir distinto es parte de la vida.

Igual, Querida Amiga, creo que mientras aceptamos los cambios, también podemos rebelarnos y guardar una parte de nosotros para disfrutarla como aquella, la primera vez.

Mi cariñoso Abrazo Carmen guapa!

Laura Caro Pardo dijo...

De la experiencia se aprende y, por la misma vida, seguimos haciendo siembras cada día; si no gozaste de aquélla, disfruta de las de hoy, de las venideras...
Con estos versos tú has sembrado.
Nunca es tarde para aprender.
Me gusta cómo escribes.
Saludos.

carmen jiménez dijo...

María: Gracias por esta visita, y gracias por encontrar en mi poema, realidades y versos.
Un beso grande.

Susana querida: Una aprende a disfrutar de la lluvia a cubierto. Pero de tanto en tanto, no se puede evitar pasear desnuda bajo su fina estampa, y seguri coleccionando bellos recuerdos.
Un besazo.

Laura: Bienvenida a este mundo de palabras tan inagotables como la vida.
Un beso.

Mafalda dijo...

Imprime tal melancolía, que parecia estar mirandome en un espejo, me encanta como escribes,esa capacidad de llevar al papel sensaciones.
Creo que tenemos que conseguir que esa sombra alargada se convierta en una noria que vacia su carga de felicidad, pero solo para volver a cargarla al instante. Tenemos que seguir en ello. Un beso

carmen jiménez dijo...

Mafalda: La verdad es que pensé en nosotras también, cuando escribía. Supongo que lo bueno, es que en esa alargada sombra están todos los días alegres que vivimos.
Un beso y siempre seguiremos en ello, claro que sí.